El abrigo rocoso que alberga las evidencias pictográficas, se encuentra ocupando una posición estratégica en cerro Ochipitur (distando aproximadamente 10 Km. de Trujillo), en un sector protegido de los vientos; cuya conformación en la falda media del flanco Sureste es de una terraza natural. Limitando por el Norte; con la misma conformación rocosa del Ochipitur, por el Sur; con una formación eólica fosilizada, por el Este; con Cerro La Mina y por el Oeste; con la zona denominada como el Alto Salaverry. El lugar esta cubierto por una vegetación propia de lomas, alcanza una altitud de 820 m.s.n.m. ubicandose entre las intersecciones de la Longitud Oeste de 78º 58' 50", y una Latitud Sur de 8º 10' 45".
Aunque Medina, no hace mención de las pictografías, por referencia verbal (Enrique Vergara, Director del Museo de la UNT), sabemos que Alfredo Narváez, que por aquel entonces apoyara a Medina en la prospección de estos lugares; hizo calcos y tomas fotográficas de las pinturas, presentándolo para una publicación en un boletín de arqueología sin que este llegara a editarse.
Las manifestaciones rupestres, fueron plasmadas bajo el techo del abrigo rocoso, el cual tiene una conformación de una prominente roca que debido a su caída sobre otras, dejo una cobertura de 4 mts de ancho y aproximadamente una altura de 2.35 mts; que fue aprovechada por el hombre. Las imágenes presentes allí fueron elaboradas con criterio semi naturista, destacando entre ellos un personaje antropomorfo, de piernas ligeramente abiertas y los brazos flexionados hacia arriba, terminando en puntas lo que vendría hacer las manos; esta figura alcanza los 19 cmts. de altura por 12 cmts. de ancho. Se suman otros motivos de líneas curvas probablemente conformaron círculos concéntricos dobles, y finalmente una imagen que denota una mancha no muy nítida, probable que se trate de una figura zoomorfa, todos ellos de una misma coloración de color rojo (hematita o ocre rojo).
Textos: Daniel Castillo Benites