El interior de la fortaleza "El Castillo" contiene mayor número de edificios cuadrangulares. Estos forman comúnmente patios largos y angostos. Es posible que muchos de ellos estuvieran en su origen dispuestos al lado de una plaza de abastos, pero habiendo sido cambiada la condición original en muchas partes, no puede esta opinión considerarse como evidente.
El edificio principal de la fortaleza "El Castillo" es "El Castillo" en el sentido limitado de la palabra. Tiene más o menos 20 metros de altura y se levanta en una elevación natural de la colina. El macizo central fue construido de muros corrientes, siendo los espacios entre estos llenados con piedras sueltas. Formaba varias terrazas las que se elevaban una sobre otra, y estaban distribuidas por muros, en diferentes cuartos. Los muros altos fueron originalmente bien construidos, pero en la actualidad están muy derruidos, formaban la pared de fachada de estas terrazas. Varios grandes edificios formaban la continuación de este edificio hacia el Este, pero están hoy tan destruídos que muy poco o nada resultaría de un estudio detallado de ellos.
Hay otras observaciones que hacer sobre el edificio E. Los palos delanteros de los pisos (vigas) superiores de las casas, estaban sostenidos por piedras que sobresalían de los muros y servían como contrafuertes o estribos. Estas piedras sobresalientes existen aún y forman hileras, muchas veces interrumpidas por repentino cambio en la altura del piso. Pero, además de esto, las piedras sobresalientes pueden ser observadas en la parte exterior de muchos muros, en donde pueden haber servido para otros fines, como por ejemplo para sostener el techo, etc. Piedras partidas o planchas juntan los pilares de las puertas pequeñas en un solo extremo superior. Lo mismo sucede con las pocas ventanas que se encuentran entre las ruinas. Los postes de las puertas y de las ventanas están formadas por piedras similares. Todo detalle relacionado con la arquitectura general de un edificio fue construido por medio de tales piedras grandes. Las esquinas de los edificios también estaban reforzadas en toda su extensión por tales piedras, colocadas vertical u horizontalmente, una forma de arquitectura que parece haber sido peculiar a la jurisdicción geográfica de Huamachuco.
Muchas de las piedras grandes de las esquinas forman paralelepípedos tan regulares, que nos inclinamos a creer que su forma no solo fue el resultado de quebrar la piedra. Estos pobladores tenían conocimiento completo de otros métodos para cortarla. Piedras de forma paralelepípeda, preparadas no solamente quebrándolas, sino cortándolas, que existen entre las ruinas en pequeña cantidades. La escultura de piedra que aparece en una de mis fotografías, que conserva actualmente un indígena en una capilla construida por él, es del mismo tipo. También sabían pulir la piedra y grabarla, aún cuando los ejemplares de estos trabajos son escasos. En mi colección hay dos piedras de estos últimos ejemplares, con adornos en forma de laberintos en bajo relieve. Una de estas fue encontrada por mí en una de las tumbas de roca al norte del palacio "El Castillo"; la otra fue hallada a 200 metros de distancia del edificio indicado hacia el Sur, en el suelo, hace muchos años.
Ninguna otra muestra de tales trabajos de pulimentación o grabados en las piedras puede encontrarse ya entre las ruinas. Además, los habitantes sabían trabajar la piedra por medio del fuego. Este conocimiento es común entre los indios aún en estos días. La perforación de las rocas, para hacer acequias, se hace en toda la región del Perú por medio del fuego, y aún es muy común hoy día destruir grandes rocas en los campos, para adaptarlos al cultivo. El tratado publicado sobre las ruinas del Tiahuanaco en Bolivia, muestra muchas piedras que parecen haber sido trabajadas al fuego y piedras de igual clase existen entre las ruinas de Marca Huamachuco, de tres de las cuales tomé fotografías.
Surge la pregunta forzosa de cómo estas gentes podían vivir en esta altura donde el agua parece escasa. Hacia el lado Oeste de la fortaleza "El Castillo" existen en el suelo rocoso algunos pozos, los que han sido rodeados de piedras recientemente. En la ciudad de Huamachuco se cree que estos pozos formaran antiguamente una fuente. El agua viene hacia los muros de piedras de la fortaleza, saliendo del suelo, que está a más altura que dicha fortaleza. Aún cuando los indígenas que actualmente habitan en el cerro afirman que el agua salía anteriormente de una parte más elevada del muro, dando a entender que la fuente antigua está destruida, el caso parece distinto.
Durante el período de lluvias, cuando el agua llena el suelo que está detrás de la fortaleza, el líquido sale de la parte más alta del muro; de modo que la altura de donde sale el agua depende solamente de la cantidad de agua y no del estado de destrucción en que se supone estar la fuente. Durante el periodo lluvioso no hay necesidad de agua en el cerro, pues muchos pozos se forman por sí solos. Pero estos se secan después de la estación de invierno y probablemente no habría suficiente cantidad de agua para una población numerosa. Más, hay también otro pozo al lado Sur del cerro, el que siempre tiene agua todo el suelo.
Dicho pozo está situado a 8 o 10 metros aproximadamente más bajos que la superficie general del cerro. Una antigua acequia que en la actualidad esta semi cubierta de tierra, que recogía el agua que salía del suelo en el "Cerro de Los Corrales", al lado Este, llegaba al punto indicado, formando un riachuelo al pie. En el sitio en el que sale el agua existen vestigios de una antigua pared de piedra, la que aparentemente servía de embocadura. La parte delantera de la piedra representa la cabeza de un animal con ojos y la boca abierta a través de la que pasaba el agua. Pero como el grabado está ya tan borrado, no considera conveniente agregar la piedra a mi colección. Sin embargo, es evidente que fue este el sitio donde los antiguos tuvieron alguna clase de fuente y tal vez un baño; pues allí entre las rocas, la temperatura es abrigada y por consiguiente, adecuada para bañarse.