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Métodos y Técnicas de Reconocimiento
empleados en el Proyecto

Hasta la fecha no hicimos un reconocimiento sistemática de la zona. En cambio, fuimos guiados por los documentos históricos en nuestra búsqueda por el santuario de Catequil.

El objectivo mayor fue ubicar el cerro descrito por los padres agustinos asociado con el culto de Catequil, o sea un cerro alto con tres peñas cerca de San José de Porcón (San Pedro 1992 [1560]). No cabe duda que podemos identificar la cara sureste de Cerro Icchal con este cerro.

El Cerro Icchal no solamente tiene el aspecto descrito pero también encontramos cerámica Inca provincial, Chimú, y Huamachuco Impreso (fechando al Periodo Intermedio Tardío) en su cima y faldas. Mientras que algunos tiestos podrian fechar al Periodo Intermedio Temprano (como un posible mango de canchero y fragmentos de coladores con huecos angulares), la ceramica tardia, mas que todo la cerámica Inca provincial, indica que el cerro fue visitado en las visperas de la conquista española, o sea durante la época en que Betanzos y los padres agustinos describe su destrucción a manos de Atahualpa (Betanzos 1987 [1551]; San Pedro 1992 [1560]). Como ya hemos dicho el cerro mismo fue un enfoque del culto de Catequil.

Pero Calancha (Calancha 1974-82 [1638]) nos dice que había un santuario construido con piedras labradas, a la manera del templo del sol de Cuzco sino más pequeño, y que allá los sacerdotes pusieron los pedazos del ídolo despues de la quema de Cerro Icchal por Atahualpa. Este fue el santuario destruido por los padres agustinos. Así, el otro objectivo fue la ubicación de este santuario.

Durante nuestra visita de 1997 caminamos por la zona hablando con los pobladores. Ellos nos mostraron siete sitios arqueológicos (Cerro Icchal, Namanchugo, un montículo artificial al sur de Namanchugo, Chulite, Paico Alto, Paico Bajo, y el cementerio moderno) y en 1998 registramos un sitio más (Loma del Tuco). De estos sitios solamente Namanchugo y Paico Alto tenían una cantidad de piedras labradas en la superficie y, además, en ambos sitios se encontraban cabezas clavas. De estos dos, Namanchugo tenía más el aspecto de un santuario por ser un montículo artificial y por ser ubicado como un tablado en el llano cercado por Cerro Icchal con sus tres peñas como el anfiteatro (Figuras 1 y 4). En cambio, Paico Alto es ubicado en una colina bajando de la loma sur de Cerro Icchal y no tenia vista de las peñas. Además, como ya mencionamos (Cronograma, 1 y 2 de agosto) Paico Alto tiene un aspecto más de una aldea o pueblo, quizas fue el pueblo para el servicio de la huaca mencionado por los padres agustinos (San Pedro 1992 [1560]).

Una vez que identificamos el probable sitio del santuario, procedimos en la manera descrito brevemente en la sección "Cronograma". El objectivo principal fue confirmar la hipótesis que Namanchugo fue el santuario de Catequil pero no tuvimos buenos criterios para determinar el si o no de la pregunta. Por ejemplo, mientras que supimos que el santuario debe ser construido con piedras labradas, no supimos que forma debe tomar el santuario. Además, antes de excavar parte de un solo muro fue visible en la superficie del corral. Así comenzamos a limpiar y seguir este muro al norte y al sur, siempre excavando muy superficialmente, hasta que encontramos una esquina en el sur; de la esquina seguimos el otro muro hasta que encontramos una esquina mas, et cetera, así desenredando la arquitectura superficial.

Utilizamos picos y palanas para aflojar la grama y picotas, badilejos y brochas para excavar las niveles sub- superficiales. Metimos el suelo excavado en sacos y baldes para removerlo de la excavación. Hicimos una prueba, pasando el suelo por una zaranda con una maya de una cuarta pulgada, pero resulto que no recuperamos mucho más con la zaranda que fue posible recuperar a mano durante el mismo proceso de excavación.

El control vertícal fue, en Ia prímera instancía, por la estratigrafia natural observable; pues, a veces, lo que fue interpretado como un nivel nuevo durante la excavación resultaba ser "una continuación del nivel superior. Así, la interpretación definitiva de la estratigrafia tomó Iugar después de Ia excavación y resultaba a veces en Ia combinación de Ios niveles excavados. Hicimos un dibujo de planta cada vez que definimos un nivel nuevo y tomamos niveles bajo el datum. Para hacer medidas más facilmente, escogimos una piedra en un muro antiguo acostado a la excavación para servir como un "datum" durante la excavación y luego integramos Ios "datae" al plano general de las excavaciones utilizando la plancheta.

El control horizontal fue vinculado siempre a la arquitectura. Hicimos un plano de la arquitectura mientras que estaba revelada por las excavaciones ( vease figura 5). Hallazgos especiales fueron metidos en los planos de campo mientras que los hallazgos corrientes fueron localizados a base del ambiente en que fueron encontrados. Los planos de campo fueron integrado al plano general del sitio utilizando la plancheta.



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