Después de enumerar las nueve huacas principales, la relación nos proporciona descripciones sobre una variedad de diferentes categorías de huacas y practicas religiosas. En esta sección del manuscrito, es claro que el autor está siguiendo cierto orden lógico; por lo menos el autor enumera lo que podría llamarse ídolos, primero como grupo, después sigue con animales, después cuerpos celestes, seguidos de prácticas religiosas y, finalmente, ídolos privados o fetiches. Sólo la categoría de los ídolos -y no todos dentro de ella- puede esperarse que tenga algunas referentes espaciales de localización. Los agustinos enumeran veinte ídolos o grupos de ídolos y éstos son identificados con las letras de la A la U en la figura 15.
Dentro de esta categoría, parece existir cierto patrón para ordenar la enumeración, pero da la impresión de estar producido por la manera en que ciertos atributos de un ídolo examinado parecen traer a la memoria del autor otro ídolo que pasa a tratar por asociación; y así sucesivamente. Por consiguiente, el autor no maneja una lista ordenada de categorías conceptuales andinas ni por el orden en que los ídolos fueron descubiertos y destruídos, ni por su ubicación geográfica, sino que su orden puede estar constituido por todos estos factores y algunos más. Precisamente por esta razón, es interesante y conveniente, repasar la enumeración brevemente tanto para esclarecer la lógica del ordenamiento como para proporcionar evidencias toponímicas modernas que permitan localizar las huacas.
A. Laiguen: Es el mismo nombre que Ilayguen, la última de las nueve huacas principales. Es probable que el autor esté intentando proporcionar más información sobre las principales huacas (ver párrafos D y E) y, simplemente, comienza por la última de las huacas principales tratadas. Llaygan es nombre moderno de luna quebrada y un lago.
B. Cavri: Como llayguen, Cavri es descrita en el manuscrito como una cueva. El topónimo Cauri es un pico muy cerca de llayguen (Fig. l5). Probablemente se debe a esta razón el hecho de que siguiese a Ilayguen en la lista.
C. Guallio o guaylio. He identificado a esta huaca con una colina que lleva el nombre de Huayllo (Cfr. Horkheimer 1944). Esta huaca era especialmente importante para los tejedores y el Inca había colocado a un grupo de mitimaes tejedores y pastores en esta área (Espinoza 1970). Guaillio es descrita como una cueva y es por esto, quizás, por lo que viene a continuación Llaiguen y Cavri; es posible que ahí podria haber habido cierta asociación en la mente del autor entre palabras "guallio" y "huayra" (en quechua viento) a causa del gran viento que salió de Cavri.
D. Caoguilca: Aquí el autor regresa a su plan de explicar las principales huacas. Debido a la hipotética relación (Llayguen=Lluicho, Caoquilca=Andamarca) examinada más arriba, hace parecer interesante que el autor menciona de nuevo a ambas huacas seguidas una de la otra. Modernamente,un pico y una quebrada llevan el nombre de caoquilca.
E. Casiapoma: Indudablemente es otra modalidad del nombre de Casipoma, una de las nueve huacas principales. Aparentemente fue encontrada en la ciudad de Huamachuco, y era favorita de Huayna Capac.
F. Cuamansiri: También esta huaca fue encontrada en la población de Huamachuco; de hecho, estaba escondida en un muro detrás de la iglesia, pero en línea con el altar mayor. Puesto que los agustinos ocuparon las construcciones incaicas, guamansiri puede haber sido un objeto de culto para la élite inca de la misma forma que casiapoma. Cuamansiri también puede ser una variante de pronunciación de guamansuri figura prominente en el mito de creación en donde aparece como padre de catequil y puede estar relacionado, de alguna manera, con guaracaync y guanacatequil, dos de las huacas principales también relacionadas con el mito de la creación.
G. Topa llimillay: No está claro el lugar en que esta huaca fue encontrada, pero es probable que tambíén lo fuera en Huamachuco. La huaca fue llevada a Huamachuco por la élite incaica, mitimaes provenientes del área del Cuzco. Albornoz (Duviols 1967: 27) menciona que llimillay era una de las huacas más importantes "de los indios de Canco, en el dicho valle" (xaquixaguana). Indudablemente se trata de una parte de aquella huaca o uno de sus hijos que fue Ilevado a Huamachuco.
H. Muniguindo, yamaguanca y yamoguanca: El autor de la Relación menciona que topa llimillay fue una de las primeras huacas encontradas por los agustinos. Y añade que, al mismo tiempo, fueron encontradas estas tres huacas. Así, explícitamente, nos proporciona la línea de conexión de este grupo de ídolos. Con todo, es claro que muniguindo no estaba localizado en el mismo lugar que los otros dos. Yo he identificado muniguindo con un pico que ahora lleva este nombre. Yamaguanca y yamoguanca son mencionados aquf de un modo confuso; asumo que se trata de los mismos ídolos qeu serán mencionados más adelante, en el inciso P. Sin embargo, podemos fácilmente detectar el vínculo que establece la mente del autor entre estas tres huacas dado que todas ellas están relacionadas con la guerra.
En este punto, la narrativa del autor parece cambiar abruptamente de registro. Con la afirmación "para cada cosa así En particular como En universal tenyan su ídolo" comienza una errática, superficial y rápida enumeración de huacas descubiertas y destruidas. Quizás no es casual que este cambio de paso se produzca casi exactamente a la mitad del manuscrito 15. Es importante no perder de vista que la relación fue escrita probablemente como apoyo y refuerzo de una solicitud de más sacerdotes agustinos para las misiones del Perú; eso quiere decir que no se pretendía, en primera instancia, una recolección de datos etnográficos sobre las prácticas religiosas andinas. En realidad, la información sobre las huacas solamente pretende demostrar la naturaleza de las prácticas idolátricas del Perú, las penalidades y desafíos enfrentados por aquellos que asumieron la cristianización de estas tierras y el mucho trabajo que todavía queda por hacer. No se debe perder de vista que estamos examinando, esencialmente, un documento de reclutamiento y no se puede olvidar que la información de mayor interés para nosotros está contenida en aquello que para el autor no eran más que "ilustraciones" que pudieran reforzar su solicitud. Puesto que hasta aquí el autor ha sido relativamente extenso en el tratamiento de la información que nos interesa, aún tendiendo a veces a lo analítico, a partir de este punto de la Relación hay un mayor énfasis, en la necesidad de cumplir con la enumeración de huacas sin dar todos los detalles; sin embargo, el autor todavía muestra interés y, por momentos, hasta un inocente embeleso, por lo que está describiendo.
I. Quispeguanayay: Es descrita como un hijo de catequil que había sido adorado sólo por tres años. Era, probablemente, un cristal (en quechua "quispe" es cristal) cuya propiedad de refractar o descomponer la luz en los colores primarios condujo a su asociación con los tintes o colorantes. Se menciona que quispeguanayay era adorado cuando los maestros tejedores ("cumbicos") iban a tejer los vestidos para el tributo; por eso esta huaca puede haber sido asociada, al menos indirectamente, con el Inca (Cfr. párrafos J y K). Se comprende que no exista ninguna referente geográfico si, probablemente, se trataba de un objeto muy pequeño y perfectamente transportable.
J. Xulca manco: Esta huaca es presentada como un medallón representando a un hombre que tiene a cada uno de sus lados un perro. Se dice que el hombre fue un capitán de Huayna Capac. Nótese, sin embargo, que este mismo nombre (de hecho su variante xulcamanqo) es aplicado anteriormente en el documento (pág.115, folio 5) a un sacerdote de ataguju. La descripción del medallón contiene un extendido motivo (presente desde el Callejón de Huaylas por todo el área de Huamachuco) esculpido en placas de piedra durante el Periodo Intermedio Temprano (Fig.11) y esto podría haber sido localizado en una de las paredes de un lugar arqueológico de este periodo.
K. Magacti: De nuevo se atribuye el origen de esta huaca a Huayna Capac. Se describe como dos jarros para el agua, pero solo fueron encontradas las bases que acompañaban dichos jarros. Esta huaca no ha sido "localizada" con seguridad, pero una posible identificación con el sitio arqueológico del Cerro Amaru será examinada posteriomente.
L. Cuachecoal: Esta parece ser la voz "culle" para el tipo de huaca que en quechua es denominada huanca. Los huanca eran monolitos de piedra que servían de guardianes de cada asentamiento. Los agustinos encontraron y destruyeron más de trescientos. Yo noté (fig.15) un toponímico que corresponde a un ejemplo de este tipo de huaca.
M. Tantacoro, guarasqayde, guagalmojon y (sus) diez hijos: Se trata de un grupo muy importante de huacas. Tantacoro era un oráculo y, posiblemente, un símbolo fálico de fertilidad. Aunque la forma de la huaca no es descrita, la referencia al hecho de que los indios podían crecer como los hombres aumentan y que ellos no podían crecer más que "palmo y medio" que es precisamente el tamaño y la altura de la huaca, nos hace recordar la descripción de casiapoma (ver el párrafo E). El nombre tantacoro es usado antes en el manuscrito (f.7v) para referirse a un hijo de catequil, pero no es claro si hay una o dos huacas con ese nombre. Guagalmojón era, muy obviamente, una diosa femenina relacionada con la fertilidad. Las otras huacas de este grupo no son descritas específicamente. No es conocida la localización de este grupo de huacas, pero puede haber estado cerca del Cerro Urpillao (ver Párrafo N). Mogrovejo (I920 ¿ 1593?: 251) menciona un lugar llamado Gualgalchúal en esta área: si "chual" es una variante de pronunciación de "coal", como en guachecoal, entonces puede referirse a un monolito de piedra que sirve de marca o mojón.
N. Vzorpillao: Creo que esta es la misma huaca que ulpillo, una de las nueve huacas principales. Estaba probablemente cerca del Cerro Urpillao.
O. Acuchuacque: El nombre de esta huaca está borroso en el manuscrito de modo que la ortografía y la pronunciación exactas no son claras. El toponímico más próximo a ese nombre parece ser una colina llamada Cerro Acque que contiene unas extensas ruinas (Savoy 1970: 41-42) que arquitectónicamente están relacionadas con las ruinas de Marca Huamachuco.
P. Yanaguanca y xulcaguaca (sic): El autor probablemente se está refiriendo a Yanahuanca y a Shulcahuanca dos prominentes gargantas volcánicas situadas a lo largo de la vertiente continental. Estas son examinadas con más detalle posteriormente (ver también párrafo H).
Q. Mayllar: Parece que esta huaca estuvo cerca de Huamachuco posiblemente en las proximidades del lugar actualmente llamado Mallan en la ladera norte de la meseta de Marca Huamachuco.
R. Paucar: En su forma esta huaca parece un papagayo. Supuestamente conmemoraba el lugar en que un papagayo convertido en deidad entró dentro de la tierra a la vista del pueblo. En este paraje construyeron un edificio y reprodujeron al papagayo convertido en ídolo. Es claro, por todo esto, que paucar estaba asociado físicamente con un lugar que, posiblemente, podía ser visto desde Huamachuco.
S. Cóndor y su hijo: Los cuerpos de estos capitanes de los incas fueron conservados en montones de maiz. Cóndor (o su hijo) murió en 1517 y su cuerpo fue hallado en 1560. Yo especulé en otro lugar (Topic y Chiswell, en prensa) que estos cuerpos podían haber sido escondidos en la qollqa diseñada como depósito de maiz en el Cerro Santa Bárbara desde donde se domina visualmente Huamachuco.
T. Llaga: Era un pueblo y un ídolo del mismo nombre, probablemente cerca del actual pueblo de Llaga en la orilla izquierda del Marañón (Martínez Compañón 1978 ¿1789?: Tomo l, Carta topográfica de la Provincia de Huamachuco...). En este lugar había muchos ídolos y también astas de ciervos. Estos últimos parecen haber sido la más importante de las huacas del lugar. Como veremos más adelante, esta huaca puede haber tenido una importancia similar a pomacama y nomadoy.
U. Guacancocha: También este era un lugar de muchas huacas; de hecho había ahí más de cien. Es probable que estuviera cerca del moderno lago de Huangagocha. En este punto de su crónica, el autor vuelve a contar una variante del mito del Amaru (Serpiente) y después orienta su relato al examen de zorros, cuerpos celestes, etc.
Notas:(15) Nótese que el manuscrito, en general, muestra una gradual aceleración en el paso en que son presentados los datos sobre Huamachuco. Esta información comienza en el folio 3 con un esquema organizacional; en el 3v el nombre de ataguju aparece como un subtítulo y parecidos subtítulos aparecen en los folios 4, 4v y 5. Aunque el ritmo de la presentación se acelera, sin embargo el recurso a los subtítulos es abandonado hasta el folio 12 en que los subtítulos definen, muy brevemente, explicaciones de la significación de los cuerpos celestes y otras prácticas culturales. Otro punto de transición tiene lugar al linal del folio 14v e inicio del 15 en que comienza la discusión de los fetiches personales o domésticos (illas y conopas); aquí la transición no implica tanto un cámbio de paso cuanto una explícita afirmación de que se pasa a tratar de fetiches individuales que son huacas personales en vez de huacas a las que la comunidad entera rinde culto.