Sería difícil determinar quien habitaba el cerro Viejo. No subsisten allí más que dos muros exteriores, de dimensiones poco considerables y cuya finalidad no es revelada por ningún indicio particular.
El indio de Marca-Huamachuco me condujo a una pequeña terraza, especie de balcon natural con una caverna de la montaña a más de sesenta metros debajo del borde del altiplano. Debajo de la terraza se abre un precipicio de algunas centenas de metros de profundidad.
Los paramentos de roca son ahí casi verticales; por ello sin duda los prisioneros era descendidos por medio de una cuerda, y por un medio análogo se les haría llegar los alimentos.
Cuando tres días después efectué en Huamachuco el resumen de mis observaciones, me vi obligado a reconocer la gran medida en que la civilización de la costa y la del interior, tan próximas en lo geográfico, estan separadas por diferencias capitales. Los hechos constatados en una parecen destruir a veces y echar abajo las tesís fundamentadas en hechos observados en la otra.
Así, tanto en la costa como en el interior, no había encontrado aún habitaciones de varios pisos, en el sentido propio de la palabra. Huamachuco y Viracochapampa ofrecen la prueba de que al faltar espacio al arquitecto autóctono, y no poder extenderse, este opto por la elevación.
El ángulo recto parecía ser en la costa el único de acuerdo al cual se dan encuentro los muros de los edificios, las murallas y las calles de las ciudades, los diques, los acueductos construidos por estos pueblos; las ruinas de las ciudades del interior muestran que eso se abandonó y se construyó de acuerdo a otros ángulos, y siguiéndose un trazado en curvas cuando el terreno, por su configuración, se concertaba con la forma rectangular.
Se está pues en presencia de una doble hipótesis: o bien el Perú estuvo habitado por tantas razas como grupos hay de ruinas, o bien lo estuvo por una sola raza con dotes especiales y múltiples. Para servimos de una expresión de nuestra época, esos constructores no habrían sido caracteres de principales, sino temperamentos que se asimilaban con extrema facilidad al medio al que les había conducido el azar de la guerra o la lógica de las migraciones.
Las excavaciones que hice ejecutar en esta región me dieron resultados satisfactorios. En la pendiente oeste del cerro Viejo las grutas de esquistos pizarrosos contienen momias en muy mal estado. Pude agregar ahí a mis colecciones algunos hermosos ejemplos de cerámica y objetos en bronce y plata.