3.- Investigación Arqueológica
3.1. Antecedentes
El valle de Virú no solamente presenta una considerable densidad de sitios
arqueológicos ubicados cronológicamente en diferentes periodos culturales, sino
también es evidente.- a partir de los estudios desarrollados en esta región de
la costa Norte de Perú.- que fue escenario del origen y desarrollo de una
tradición ó manifestación cultural propia denominada "Gallinazo" por Bennett
(1939), y "Virú" por Larco Hoyle (1948), quien en 1933, reporta en la Pampa Los
Cocos cerca a las Huacas del Sol y La Luna (Valle de Moche), la primera tumba
con cerámica que corresponde a este estilo cultural, caracterizada por su
cerámica con decorado negativo, y sus grandes conjuntos monumentales, o
"castillos fortificados": Castillo de Tomaval, Castillo San Juan, Castillo de
Saraque, y el Castillo Napo, que ocupan sectores estratégicos en la sección
media del Valle de Virú (Willey 1953); constituyéndose en los principales
núcleos arquitectónicos, compuestos además por un conjunto de estructuras
accesorias, como son las grandes murallas perimetricas, plazas, plataformas,
cementerios y sectores habitacionales, emplazados a su alrededor. Asimismo; los
centros urbanos ceremoniales estudiados por Bennet (1950) donde destaca el Grupo
Gallinazo caracterizan el patrón arquitectónico en esta sección del Valle Bajo,
donde se registraron conjuntos habitacionales de planta ortogonal, utilizando el
adobe y la tapia como principal elemento constructivo, los mismos que se asocian
a montículos o pirámides de estructura compacta con una evidente tendencia a la
orientación cardinal y el uso racional del espacio, teniendo en cuenta; que
existe una superposición de estructuras, marcada por la sobreelevación de las
mismas.
En el valle medio se registra una gran concentración de recintos aglutinados,
elaborados en masposteria de piedra con doble paramento, estos se encuentran
diseminados a lo largo del flanco occidental de la cordillera, sector donde se
ubica nuestra área de investigación.
Estudios recientes realizados por el Proyecto CHAVIMOCHIC, en el cementerio
VM-150, del Sector Cerro Oreja (Valle de Moche), han develado un conjunto de
recintos funerarios elaborados en mamposteria de piedra canteada con doble
paramento; compuestos por espacios necrológicos, donde se han definido, un
aproximado de 320 entierros, asociados a elementos ceramográficos, metalúrgicos
y arqueofaunísticos, dispuestos a manera de ofrendas. Asimismo; en el sitio se
ha registrado una superposición de estructuras con fines de uso doméstico,
reportándose una gran densidad de recintos habitacionales, las mismas que se
asocian a estructuras públicas levantadas con adobe y piedra dispuestas en
diferentes sectores del área investigada. A partir de la magnitud del sitio y
los alcances del mencionado proyecto estaríamos frente a uno de los complejos de
ocupación Gallinazo más importantes de esta región.
Las exploraciones y excavaciones desarrolladas por el Proyecto Sicán, plantean
la probable área de in fluencia de esta cultura. "... Nuestro estudio muestra
que durante los tres o cuatro siglos despues de Cristo, la Cultura Gallinazo
tuvo una distribución en toda la costa Norte, cubriendo al menos desde Casma, al
Sur, y La Leche (probablemente hasta Piura), por el Norte, esencialmente la
misma extensión alcanzada algo más tarde por los Moche". (Shimada y Maguiña
1994:33).
Los futuros trabajos reafirmarán o descartarán dichas apreciaciones, lo cierto e
incuestionable es que la cultura Gallinazo nunca perdió identidad étnica,
constituyéndose en el principal antecedente de la cultura Moche.
3.2. Métodos de Excavación
El área se delimitó tomando como referencia los puntos de la poligonal existente
en el terreno (PP-2/PP3), de cuyo eje se proyectaron tres unidades de excavación
de 10 por 10 metros cada una, tomándose como punto de referencia el ángulo
Noreste de cada unidad para el control altitudinal. Todo el proceso se efectuó
utilizando instrumental adecuado a cada contexto que debió intervenirse, el
control de los mismos se realizó por niveles naturales.
El sistema de registro fue tridimensional, subdividiéndose en cuadrículas de 1
m., utilizando cordeles horizontales y verticales, dibujando planos que reflejan
las remodelaciones del sector; asignando a cada estructra, una categoría y
número correlativo, describiendo en el cuaderno de campo y ficha respectiva cada
nivel de excavación, detallando: textura, color, composición y las evidencias
asociadas al contexto arqueológico; el registro gráfico se sustenta en una
simbología objetiva para las diversas convenciones del terreno, culminando con
el registro fotográfico.
3.3. Datación y Estratificación
La metodología empleada (excavación en área), nos permite tener una visión más
completa en cuanto al sistema de distribución espacial, determinando las
modificaciones o remodelaciones con dos fases arquitectónicas, prestándole
singular atención a las técnicas constructivas que nos permita determinar su
filiación cultural y cronología relativa. El patrón constructivo consiste, en
habilitar el terreno a través de la acumulación de materiales transportados con
textura semicompacta (tierra, grava, arena); logrando su aterrazamiento, para
luego ser delimitados por muros de contención en doble paramento, sobre los
cuales se levantan las estructuras; con una tendencia que se logró definir a
partir de las remodelaciones, de ir reduciendo los espacios y sellando los
accesos de los recintos y corredores, y la reutilización o sebreelevación de las
estructuras existentes; denotando un patrón arquitectónico que es característico
de la cultura Gallinazo (Lámina Nº 4).
El análisis ceramográfico nos permite reafirmarlo, a partir de diversos
fragmentos de material cerámico y los recipientes completos (Recintos 14, 15,
22) que conservan la técnica del negativo y los denominados apéndices
ornamentales con motivos zoomorfos (cabezas de ardilla, felinos, monos) que
corresponden al periodo Gallinazo o Virú. Los estudios de Heydi Fogel (1987:
Fig. 15-39) asocia este tipo de material cerámico a la Fase Media o Gallinazo
Medio.
3.4. Métodos de Recuperación de la Muestra Faunística
Los materiales orgánicos provenientes del proceso de excavación fueron
registrados de acuerdo a su emplazamiento original.
Para el caso de la concentración de restos óseos y malacológicos dispuestos
sobre superficies de uso o pisos, se procedió a su registro descriptivo,
tridimensional y fotográfico; (Ejem. Recintos 13 y 20), teniendo en cuenta su
asociación y tratándose de elementos diagnósticos de primer orden que reflejan
el uso o consumo de una especie de invertebrado en este caso Scutalus proteus,
actividad que está asociada a un determinado nivel de ocupación.
Asimismo, la naturaleza de la ocupación y el patrón constructivo nos ha
permitido reportar como contenido de los rellenos arquitectónicos, una
considerable cantidad de muestras arqueofaunísticas al interior de los mismos.
El mecanismo utilizado para trasladar los materiales procedentes de las
superficies de ocupación -a parte de su recolección- fue a través de cubos de 10
litros y tamizados en mallas de 1/4" y 1/8", para luego ser clasificados
arbitrariamente como restos orgánicos: óseos, moluscos, malacológicos, etc.,
depositándolos en bolsas plásticas debidamente rotuladas para su posterior
identificación taxonómica.
3.5. Procesos Tafonómicos Observados en el Campo
El sector T-A2 se encuentra ubicada en un área con marcado desnivel, el
reconocimiento previo permite identificar las características más notables de su
topografía, reportando un terreno con gran acumulación de material pétreo
mezclado con restos culturales en la superficie, producido como efecto de un
intenso proceso de escombraje; generando la destrucción y sellado parcial o
total de las evidencias arquitectónicas desde el momento de su abandono. La
Unidad 1, por su emplazamiento (ubicada en la parte más elevada), presenta mejor
conservación en relación a la Unidad 3, que se constituye en la sección más
afectada (parte más baja).
A todo ello debemos agregar otros procesos pertotáxicos a partir de la
meteorización originados por condiciones de humedad ambiental y cambios
drásticos de temperatura, producto de ligeras lluvias en la temporada de
avenidas de agua, como la experimentada durante el proceso de excavación en los
meses de Noviembre y Diciembre (sin tener en cuenta los fenómenos ENSO ocurridos
en las últimas centurias); resulta obvio sostener que los fenómenos antes
mencionados afectaron con mayor intensidad el nivel superficial del área
intervenida.
Es importante señalar que la mayoría de los materiales provenientes de la
excavación (Unidades 1, 2 y 3) se encuentran en buen estado de conservación,
sólo en algunos casos, como se ha observado en las vértebras cervicales,
toráxicas y lumbares, presentan ausencia de las apófisis espinosas.
También se han registrado en los especímenes y elementos que componen la muestra
arqueofaunística, presencia de colonias de hongos e impregnación de sales;
evidenciando un tiempo considerable de exposición al aire libre, factor que es
detallado en capítulo aparte.
4.- El Estudio Zooarqueológico
El estudio zooarqueológico a desarrollar con los materiales provenientes del
sector doméstico denominado T-A2, a través de las diversas evidencias
arqueofaunísticas, nos permiten plantear a manera de sugerencias tentativas,
propuestas relacionadas a aspectos paleoecológicos y patrones de subsistencia
vinculados al periodo Gallinazo; reportando elementos para proponer y
correlacionar con materiales de otros sitios cronológicamente similares.
II. METODOLOGIA
1.- Procedimiento Inicial y Preparación de la Muestra
Los materiales en el campo fueron embalados con sumo cuidado, utilizando: papel,
algodón industrial, bolsas, cajas apropiadas, para luego ser trasladados a
gabinete.
Luego se realizó la limpieza, lavado y refacción de los especímenes o elementos
en mal estado de conservación para su posterior identificación taxonómica.
2.- Métodos de Identificación
La metodología aplicada en el estudio de los restos arqueofaunísticos se
fundamenta en el método comparativo, que para el caso de restos óseos de
mamíferos, peces y aves, se utilizaron muestras comparativas y bibliografía
especializada que a continuación detallamos.
En el caso del taxón CAMELIDAE se consultó con la Guía Osteológica de Camélidos
Sudamericanos - Serie Investigaciones Nº 4 (Pacheco, Altamirano y Porras 1979),
la muestra moderna de ARQUEOBIOS, y la asistencia permanente del Dr. J. Kent.
Sólo fue posible registrar osteométricamente tres muestras basadas en el texto
"Osteometría de los Camélidos Sudamericanos" (Kent 1996).
Si bien es cierto que la muestra es mínima, los resultados del análisis
discriminadamente indican que la especie con más alto índice de consumo es la
Llama (Cuadro Nº 12).
A partir de la morfología de dos fragmentos de mandíbula se ha logrado
identificar un individuo sub-adulto y un adulto, tomando como referencia el
tiempo de erupción y grado de desgaste de las cuatro cúspides y exposición de la
dentina en cada uno de los dientes: PM y M, presentes en las muestras observadas
y comparadas con la figura 4 y 7 del artículo "Aging Llamas and Alpacas by their
Teeth" (Wheeler, 1982).
La identificación de taxón CERVIDAE fue posible en base a la "Guía osteológica
de cérvidos andinos" (Altamirano, 1983), la muestra compuesta por dos astas y un
astrágalo pertenecen a la especie Odocoileus virginianus.
El taxón MURIDAE se identificó por la morfología morfología y fórmula dentaria:
1:0:1:2 ------- 1:0:1:2
de la muestra del maxilar inferior comparada con la Fig. A del texto "Living
Mammals" (Lawlor, 1 979). La presencia de un húmero con foramen supratroclear en
la sección distal, y la tuberosidad lateral extendida sobre el nivel de la
cabeza de la sección proximal, permiten identificar el taxón CAVIIDAE
perteneciendo a la especie Cavia sp. (Miller, 1973).
El resto óseo trabajado de un mamífero marino pertenece al taxón BALANEIDAE,
según la referencia del Biol. William Zelada del Departamento de Zoología de
Vertebrados de la Universidad Nacional de Trujillo, quien también logró
identificar los restos óseos del taxón CANIDAE.
Motivo de singular interés, en la muestra ósea, son los restos del taxón
HOMINIDAE que corresponden a un individuo bastante joven por los dientes
deciduos identificados.
El taxón PELECANIFORMES se determinó por la morfología de los huesos largos que
corresponden a la especie Phalacrocorax sp., basado en el texto "Avian
Osteology" (Gilbert, Martin y Savage; 1 985).
Asimismo, los restos óseos del taxón OSTEICHTYES fueron identificados a nivel de
especies: Mustelus sp., Paralonchorus peruanus y Paralichtys sp., utilizando la
muestra comparativa de ARQUEOBIOS, del Dpto. de Zoología de Vertebrados y el
texto "Clave para identificar los peces marinos del Perú" (Chirichigno, 1980).
Para el Phylum: Mollusca y Arthropoda se logró identificar tres clases:
Gasterópodas, Pelecypoda y Crustácea, con un total de 14 especies; basados en la
muestra comparativa de ARQUEOBIOS, Museo de Zoología, el texto "Sea s hells of
tropical West America" (Keen, 1971), y "Crustáceos comerciales u otras especies
comunes en el litoral peruano" (Méndez, 1982). Es importante señalar que toda
esta información en detalle fue sistematizada, para lo cual se elaboró fichas de
identificación de fauna y registro osteológico y una ficha para invertebrados,
en las cuales se precisan: procedencia, especimen o elemento identificado,
ubicación, sexo, edad, condiciones, NISP, MNI, % (FR) y observaciones (Cuadros
Nº 1 y Nº 2).
Procedimientos para Cuantificar la Muestra
Los materiales o contenido de la muestra arqueofaunística analizada, proviene de
un contexto eminentemente doméstico, caracterizado por la presencia de recintos,
utilizando sus espacios disponibles como vivienda, depósitos o sede de su labor
cotidiana. Los materiales procedentes de superficies de uso o pisos constituyen
la base del presente estudio, haciéndolo prevalecer como criterio discriminante
en relación al material procedente de los rellenos arquitectónicos.
Teniendo en cuenta la naturaleza de la muestra, para el caso de los vertebrados,
se procedió a su cuantificación, estableciéndose en primer término su
procedencia según la Unidad, Nivel o Recinto al que corresponde; previa
identificación taxonómica de los especímenes recuperados, la sumatoria de los
mismos arroja como resultado el NISP, el buen estado de conservación en la
mayoría de la muestra facilitó dicho procedimiento.
El segundo grupo, representado por gasterópodos, donde un individuo está
considerado un especimen completo o en caso de estar fragmentado, se toma en
cuenta una espira (incluyendo el apex) o el peristoma completo.
Con los bivalvos se procedió a contar las valvas izquierdas y derechas, tomando
como referencia la charnela y en su ausencia la orientación del borde anterior,
la suma de ambos lados constituye el NISP y la cantidad máxima del lado
identificado permite establecer el MNI, aplicando el mismo sistema a las quelas
de los crustáceos (Cuadro Nº 1).