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Almacenaje Inca
Gran parte del éxito del Imperio Incaico se puede atribuir a su sistema de
almacenaje. Según los cronistas españoles, los Incas almacenaban gran variedad
de bienes y materiales para sus operaciones administrativas y militares. En los
depósitos (colcas) del estado fueron guardadas maíz y papas, por supuesto, pero
también llanques, ropa, charqui, pechugas secas de patos, carbón de madera,
leña, etc.
En las afueras de Huamachuco se encuentra hoy día colcas incaicas. Hay restos de
unos 144 almacenes preservados, pero quizá habían unos 215 durante la ocupación
incaica. Son mayormente de dos tipos: unos, en Cerro Santa Bárbara, miden 5 x 4
m y fueron construidos con pisos levantados sobre espacios ventilados; los
otros, en las faldas de Cerro Mamorco (8 x 3.5 m) y Cerro Cacañan (5 x 3.5 m)
tienen canales debajo de sus pisos.
Estos galpones fueron espacios enormes. Algunos ejemplares tienen un largo de 60
m y un ancho de unos 8 m, con la altura del cielo razo de unos 5 m. Un rasgo
significativo es que siempre tienen una cantidad de restos humanos, huesos
descarnizados, enterrados en sus muros. Aunque se han encontrado algunos
enterramientos tardíos en los nichos, los nichos sirvieron en la primera
instancia para recibir ofrendas a los huesos de los ancestros enterrados dentro
de los muros.
Los almacenes de Cerro Santa Bárbara, con ventilación debajo del piso, fueron
ideales para la conservación de bienes que necesitan un ambiente seco, como el
maíz. Restos de maíz se encuentra en las excavaciones en este sitio. Los otros
almacenes quizá fueron construidos para el almacenaje de tubérculos que
prefieran un ambiente más húmedo; con los canales fue posible controlar la
humedad del subsuelo de los almacenes.
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