Max Díaz Díaz
El suscrito ha hecho y verificado diversas excavaciones en el área cultural
Mochica del valle de Chicama. Las ha realizado siempre con las precauciones y la
técnica que el descubrimiento de tumbas antiguas requiere.
En los párrafos que siguen se propone narrar la forma como procedío y como dío
con el hallazgo de una tumba no profanada enn el paraje de Magdalena de cao,
situado en la parte baja del valle de chicama, cerca del mar. En ese lugar hay
un cementerio pre-incaico. Su aspecto es el de un conjunto de monticulos de
arena muy húmeda y salitrosa. La superficie aparece cubierta por un apreciable
volumen de oalizada acarreada por las mareas y procedentes de la desembocadura
del río Chicama, que queda más al Sur. la abundancia de hoyos y oradaciones hace
pensar que este cementerio ha sido teatro de excavaciones persistentes en época
remota.
Esta zona comprenderá un kilómetro de longitud por 400 metros de ancho más ó
menos.
Sondeamos al proncipio en distintos puntos y luego localizamos el cateo en uno
de los puntos que nos pareció no haber sido víctima de profanaciones más ó menos
recientes.
Hicimos cuidadosamente la penetración dentro del pequeño sector escogido.
Avanzamos un tanto la excavación pudimos comprobar que la capa de suelo hasta un
espesor de 0.30 metros se hallaba formada por una mezcla de arena húmeda y
salitrosa, restos de palizada, fragmentos de cerámica roja gruesa y unos pocos
cantos rodados.
Seguimos la excavación y al llegar a los 0.45 metros de profundidad hallamos un
macizo de piedras pómes, que nos pareció muy intersante por que á la vista
estaba que se trataba de un trabajo de manos cuidadosas. Las piedras aparecían
formando una trama hábil y bien presentada, en las lineas paralelas. Hicimos más
detenida nuestra observación. Las piedras medían entre 0.75 y 0.78 metros de
largo por 0.10 á 0.18 metros de diámetro. Examinando mejor el macizo pudimos
llegar a la conclusión de que se trataba de una tumba muy antigua, cuya cubierta
era la que teníamos a la vista. Continuamos ciudadosamente el trabajo de poner
al descubierto toda su enmarcación rectangular. Y notamos que los estratos que
íbamos oradando en torno a la tumba estaban como petrificados, debido a la
acción del salitre, sin duda. Hallamos en su contextura conchitas y caracoles de
orígen marino, sin que faltaran fragmentos de cerámica ni cantos rodados.
La profundidad general de la fosa alcanzó a 1.15 metros
Comprobamos que la tumba estaba hecha por adobes rectangulares bien trabajados.
Tomamos las medidas de ellos y pudimos anotar las siguientes características:
en los vacíos que dejaba la trama de piedras, vacíos originados por la falta del
mismo material en longitudes adecuadas, hallamos pedazos de adobe, que suplía
bien la deficiencia anotada.
para dar mejor idea del aspecto y de las características de la tumba acompaño
una lamina de veracidad rigurosa.
La figuraII muestra ya la tumba sin su tapa o cubierta exterior. El fondo
muestra la misma trama ciudadosa y regul;ar sujeta a idéntidad técnica a la
usada en la tapa; pudiéndose notar además un asolado sobre el fondo, que lo
revestía totalmente con una capa de arena suelta y lavada de mar con un espesor
de 5 centímetros en relación a la piedra.
La figura III muestra la ubicación y posición exactas en que hallamos el
cadáver. Su examen nos permitió llegar a la conclusión de que debió tratarse de
un adulto de muy robusta contestura. Medimos el fémur derecho en busca de
indicios certeros y hallamos la dimensión de 39.5 cmts. desde el gran trocánter
hasta su respectiva troclea. El cráneo presentaba una seria lesión por
abolladura en toda la región frontal. Le hallmos la dentadura perfecta, sólo
ligeramente coloreada de verde . la causa de esta coloración anormal la hallamos
al encontrar dentro de la cavidad bucal tres láminas de tumbaga cubiertas de
carbonato de cobre, envueltos en una tela. Amuletos que acostumbraban colocar en
las bocas de sus muertos casi frecuentemente por estos períodos. para mayor
ilustración hemos dibujado el tipo de esas laminitas metálicas en la lámina de
este trabajo, bajo los números XII-XIII-XIV.
Seguimos el examen del cadáver. hallamos la osamenta ya no muy consistente. El
brazo derecho estaba tendido naturalmente hacia la región pélvica mientras el
izquierdo se hallaba curvado hacia la mandibula inferior. Una ligera inclinación
de la vcabeza hacia el lado. Este permitía comprender que los ojos del cadáver
habían estado dirigidos hacia ese lado.
Se pudo comprobar que los miembros inferiores habían sufrido una amputación
lamentable hasta el extremo de parecer desintegrados los cuerpos de los radios y
tibias. Bien examinada esta extraña amputación pudimos deducir que ella no podía
haber sido ocasionada sino por una remota excavación, cuyas huellas, por lo
demás ya habíamos encontrado en otros detalles del sector excavado en cuyo fondo
encontramos la tumba que se ofrecía a la vista. Las trazas de dicha excavación
remota la señalamos en la figura IV de nuestra lámina por una liena ondulada y
punteada.
terminada la observación dtenida del cadáver, seguimos examinando con mayor
cuidado los detalles de la tumba; y pudimos anotar lo siguiente: El eje
longitudinal de la tumba era de 30º . El ajuste de la tumba en su dimensión
interior era de 2 metros 2 ctms. de largo por 65 cmts. de ancho y en donde se
pudo localizar tres ventanas ubicadas en el paramento interior y hacia el lado
Norte, con las siguientes medidas: 14 cmts. de alto por 24 cmts. de ancho y po
18 cmts. de profundidad. No hallamos ninguna pieza de cerámico ni ningun otro
objeto en esa cavidad, hacia el lado este hallamos otra ventana de 30 ctms. de
largo, por 25 cmts. de ancho y por 16 ctms. de profundidad. En ella si
encontramos un vaso de boca ancha, cuyo aspecto general lo dá la figura número
X. En el lado Oeste hallamos otra ventana, pero tan destruída que no nos fué
posible lograr el medirla, ni hallamos fragmentos de cerámica en ella, pero sí
restos casi desmenusados de huesillos de cuyes o conejillos de Indias (Cavia
Cobaya). Damos idea de la configuración de estas ventanas en sección de cortes y
perfiles en la lámina adjunta números V,VI,VII,VIII respectivamente.
Las ofrendas funerarias que encontramos junto al cadáver fueron seis tres
relativas a cerámica y tres a láminas de tumbaga.
La ubicación y posición en que hallamos esas piezas aparece exactamente marcada
en la lámina con la figura número IV. la morfología y la apariencia de las
mismas queda grabada en las figuras de la misma lámina bajo los números IX,X,XI,
XII, XIII y XIV. Esto no obstante describimos los vasos por escrito.
Figura X.- Vaso Mochica, fondo crema, conducto y asa arqueada de color rojo
cienoso, de decoracion pictórica en el globo del vaso con un motivo de dos aves
garzas (Ibis melanopis), estas aparecen una frente a otra, y entre ellas pende
el extremo de una faja decorada y que termina en fleco. la faja da la impresión
de un amarrado al cuello del vaso. El tono de estos motivos es tambien rojo
cienoso.
Figura XI.- Vaso tipo Mochica. Lo encontramos al lado derecho de la región
temporal del cráneo. El vaso es de forma lenticular con una perforación en el
frente, provista de una empuñadura cónica cerrada que da origen a la parte
superior del vaso. la parte posterior aparece decorada con un signo estrella de
mar (Asteria tenuispinus) estilizada, (a estos vasos se les dá distintas
denominaciones . Mientras unos los llaman cancheros, chinganas o macanas, otros
creen que hayan sido unidades de medida o peso).
Las figura XII,XIII y XIV, corresponde a las láminas de cobre halladas en el
envoltorio encontrado dentro de la boca del cadáver, y a las cuales ya nos
referimos anteriormente.
Como un tributo admirativo a la cultura Mochica, cuyo estudio tanto interesa a
los investigadores nacionales y extranjeros, entregamos el trabajo que antecede
a la despierta curiosidad de los distinguidos asamblesistas del XXVII Congreso
de Americanistas reunidos en Lima.
Trujillo setiembre de 1939
Dibujo de una Tumba Moche - Procedente de Salamanca
(trabajo presentado por el suscrito en representación del Museo Arqueológico de
la Universidad de Trujillo al XXVII Congreso de americanistas).
Largo
Ancho
Alto
0.30 Mtrs.
0.29 Mtrs.
0.31 Mtrs.
0.18 Mtrs.
0.16 Mtrs.
0.18 Mtrs.
0.14 Mtrs.
0.12 Mtrs.
0.14 Mtrs.
Como dejo expuesto la forma de la tumba era rectangular con las siguientes
dimensiones 2.40 metros de largo por 1.50 metros de ancho, y 0.55 metros de
profundidad.
Los adobes estabanarmados de canto.
Como sostén de cubierta, colocado a todo lo largo y en la parte media, hallamos
un huarango (algarrobo) a manera de paramento. Medía el palo 2.50 metros de
largo por 6.5 cmts. de diámetro. ya estaba en muy malas condiciones de
conservación.
En la figura I de esta lamina he procurado dar la impresión exacta del material
empleado en el block mismo de la tumba, con su trama de piedras pómez y
fragmentos de adobe, en forma tan original y tan regular, que permiten a los
entendidos concluír el hallazgo de una nueva modalidad en las fábricas
funerarias de aquella época.
Retornar