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DESCRIPCIóN DE LOS GEOGLIFOS

Los testimonios rupestres se ubican a unos 20 Km. de la ciudad de Trujillo, en la margen izquierda del río Moche, limita por el Norte con los Arenales de San Juan, por el Sur con Cerro La Mina, por el Este con cerro Oreja y por el Oeste con Cerro Ochipitur (Ver Lámina Nº 1 y 2).

Los testimonios rupestres se encuentran ocupando explanadas o laderas donde la premisa del cerro estaría asociado a elementos hídricos, muchos de los vestigios hoy se encuentran inactivos y manifiestan temporalmente actividad con las alteraciones hidroclimáticas. Distribuidos en un radio de dos kilómetros aproximadamente, algunos de los geoglifos se encuentra en conjunto y otros en forma aislada, adyacentes a otras evidencias como son caminos y paraviento.

Los geoglifos mencionados en Quebrada de Santo Domingo, según refiere Beck (1979), se trataría de espirales de los cuales también señalara Medina (1989) en su informe de prácticas Pre-profesionales en la cual identificó áreas de ocupación Paijanense, tanto en Cerro La Mina como en cerro Ochipitur, dentro del inventario de sitios identifica como el PV-24/21 y el PV-24/39. El primero se trata de un espiral con 5 anillos en una sola hilera de piedras teniendo en el centro las concentraciones de tres rocas pequeñas, alcanzado un radio de 15 m. asociada a cerámica formativa. La segunda evidencia rupestre, se trataría de “tres espirales” unidos de los cuales dos salen de una sola matriz central (Ver Lámina Nº 3 y 4).

Otro trabajo importante por sus apreciaciones las realiza Billman (1996), menciona en su tesis la presencia de dos geoglifos en “Quebrada de Ancados”, designándola al primero como el MV-487, se trataría un sitio ceremonial adyacente a un camino prehispánico, el cual tiene un geoglifo a modo de un tripe espiral y estaría asociado a la presencia de dos paravientos pertenecientes probablemente a Guañape Temprano, Medio (1800-1300 a.C.) (Ver Lamina Nº 4). En lo que respecta al segundo geoglifos se relacionaría con una forma de espiral el cual mide 4 x 10 m., indicado como el MV-493, situándola a 2.2 Km., con relación al río, también asociado a 46 pequeñas paravientos en forma de “L”, “U” y una en forma circular, diferencia el lugar por los tiestos de cerámica mayormente de botellas perteneciente a la fase Guañape Tardío (Ver Lámina Nº 5).

De los trabajos ejecutados por el Instituto Nacional de Cultura–La Libertad, durante el Proyecto de Rescate Arqueológico Chavimochic (1995), existe la probabilidad que estos geoglifos hayan sido debidamente registrados, sin embargo aún no se cuenta con publicación alguna y es debido a la falta de conocimiento así como la carencia de una adecuada política de preservación lo que ha permitido la destrucción a la cual ha sido sometida la zona. Finalmente sobre la base de investigaciones anteriores Sharon (et:al 2003:117), muestra algunas fotos de los geoglifos ya mencionados anteriormente razonando que tratarían de “espirales esotéricos”, corroborando que estarían relacionados con actividades de índole shamánicas debido a su asociación a paravientos inmediatos.

Con el empleo de las varias denominaciones con que conocen a el lugar (Quebrada de Ancados y Quebrada de Santo Domingo), las evidencias demuestran que se trata de los mismos geoglifos, sin embargo no se mencionan ni se reportan otros que por ubicación están más distantes del área que pasa el canal de Chavimochic, ubicadas al interior de las planicies y en sectores distantes, tal vez por lo dificultoso que es distinguirlos durante el día, otra razón es su tamaño, coloración de la pátina rojiza que cubre la superficie del terreno, siendo mucho mas factibles verlos por la mañana o en el atardecer, damos a conocer un conjunto de geoglifos no mencionados anteriormente.

Para un mejor estudio se ha divido la zona en tres sectores, se tiene un conjunto de evidencias ubicadas en el extremo Sur de Sector Nº 1, cuya temática de mayor incidencia es la modalidad naturista, destacando entre ellos uno de mayores proporciones, alcanzando los 14 m., evoca una imagen zoomorfa probablemente por el carácter de la cola se le podría sindicar como un “mono”, sin embargo la terminación de las de las patas aparentemente es de un felino, elaborado por la técnica “aditiva” donde se ha colocado pequeñas piedrecillas del mismo color de la superficie (Ver Lámina Nº 6).

En ese mismo sector existen otras formas convencionales de personajes antropomorfos de una tendencia esquematizada, elaborados por la técnica acumulativa los cuales mantienen diversas posiciones, y tienen menor tamaño. Entre ellas la imagen antropomorfa “la mujer” denominada así por la amplitud de su parte ventral, aparentemente sus autores desearon destacar que sea notorio lo que vendría a ser la dilatación de su genital, la representación mantiene aún en sitio una piedra que fuera colocada a la altura del pecho. En lugar existen elementos de contexto que permiten relacionarlo con un paraviento, además una imagen a modo de un picaflor y un circulo (Ver Lámina Nº 7 y 8).

En esta zona se pudo distinguir una media luna de mayor tamaño y otros que lo hacen aparentemente confuso el panorama de los geoglifos, debido a visibilidad, tamaño y por lo frágil del terreno, se opto por registrar aquellos que estaban mejor definidos o se encontraban aislados tal es el caso de una representación ambigua de una araña de 3.50 mts largo también asociada a un paraviento dando la impresión que por su cercanía era el limite donde se podía observar mejor estas representaciones. No muy distante un conjunto de representaciones esquemáticas en la que se han combinado personajes antropomorfos y acumulamiento circular de pequeñas piedrecillas que le dan mayor vistosidad también fueron elaborados por la técnica acumulativa (Ver Lámina Nº 9 y 10).

Cerca al abrigo rocoso “las ofrendas” denominado así por la presencia de piedras paradas de diversos tamaños alrededor de su ingreso, en margen contrario de la quebrada (dirección Sur) este existe un espacio de forma rectangular a manera de camino, el cual denota haber sido exprofesamente limpiado de todas las piedras grandes y colocadas en las márgenes del espacio, su orientación esta dirigida con relación a la quebrada principal de este sector Nº 1, teniendo sus medidas de 8 m. de ancho por 40 m. de largo (Ver Lámina Nº 11).

No muy distante de esta última evidencia (en dirección Noroeste), se ubican unos espirales, cuyas dimensiones alcanzan 7 m. por 7.50 m. elaborados por la delineación en el terreno con piedras de regular tamaño. En el extremo Norte del Sector Nº 1, se observo en una ladera, la delineación de piedras de diversos tamaños, estarían también relacionados a paravientos que se ubican no muy distantes del lugar (Ver Lámina Nº 12).

Finalmente se ubico otros geoglifos los cuales por la singularidad de su tamaño y por encontrarse cerca de la naciente de una quebrada, permiten inferir que estos espacios estaban notoriamente consagrados a actividades rituales observándose la carencia de cerámica en el lugar, la conformación geométrica guarda mas bien un orden a base de líneas rectas elaborados por la técnica acumulativa (Ver Lámina Nº 13).

En la parte Sur del Sector Nº 2, se registraron una tendencia esquemática de personajes que tienen los brazos y piernas flexionados todos ellos orientados en dirección de la naciente de la quebrada de Santo Domingo, elaborados también con la técnica “Extractiva” o del “Surcado” en el lado izquierdo con similar procedimiento aparentan ser personajes tomados de las manos pero evidencian cabezas (Ver Lámina Nº 14).

La existencia de personajes esquematizados con similar procedimiento (extractiva o surcado), de brazos y piernas flexionados, orientados en dirección de la naciente de las quebradas de Cerro Ochipitur, nos recuerdan analógicamente algunas representaciones en petroglifos en el Alto de la Guitarra, (Núñez 1886:414).

En forma aislada se registro personajes antropomorfos, uno de ellos elaborado por la modalidad “extractiva” mientras que la pareja presentan el procedimiento de la técnica “aditiva” donde la colocación de lascas y pequeñas piedrecillas han sido exprofesamente acumuladas para formar las silueta, el estado actual de conservación denota haber sido cruzadas por huellas de carro (Ver Lámina Nº 15).

Finalmente en la terraza aluvial se tiene un pequeño felino recientemente registrado, elaborado por la técnica acumulativa, no se tiene una filiación cultural segura debido a la carencia de evidencias cercanas, sin embargo por su ubicación se encuentra en eminente peligro debido que se han aperturado unas zanjas que van paralelas como delimitación para ser utilizadas aparentemente como terrenos de cultivo desconociéndose actualmente quienes la realizaron alcanzado algo mas de un kilómetro de largo en las cercanías de la quebrada de Santo Domingo y otras dos que bajan de Cerro Ochipitur (Ver Lámina Nº 16).





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