LA CULTURA CHIMU
En el siglo IX de nuestra era surgió en el valle de Moche un reino, que hacia 1450 d.C. se había convertido en un poderoso Estado cuyo dominio se extendía por toda la costa norte del Perú.
El Reino Chimú tuvo por capital a Chan Chan, residencia de grandes señores, descendientes del mítico Taykanamo, ciudad en donde se centralizaron y redistribuyeron los frutos de la tierra y los objetos manufacturados. La sociedad Chimú, fuertemente estratificada, basó su economía en la agricultura, complementada con la crianza de animales, la pesca, la caza y la producción artesanal, jugando un papel importante el intercambio de productos a distancia.
Además de ser grandes urbanistas y expertos en hidráulica y riego, los Chimú destacaron en el trabajo de los metales y la producción de tejidos. Sus orígenes se remontan a un período de fuerte interacción, hacia fines de la cultura mochica (750 d.C.) en el que aparecen estilos foráneos en la costa norte. En el área comprendida entre Chicama y Casma, surgió un nuevo estilo de cerámica denominado Tricolor o Moldeado a Presión, que corresponde a la fusión de los estilos Gallinazo y Moche, e incorpora nuevas formas y decoración, con influencias de Huari - Pachacamac y Recuay.
Durante este período, se planificaron y construyeron nuevos asentamientos urbanos y poblados menores unidos por una amplia y compleja red de caminos. Se incorporaron además nuevos terrenos agrícolas en áreas que hasta ese entonces habían sido desérticas. Adoraron a Shi, la luna, para la cual edificaron templos llamados Sian, que en lengua aborigen significaba Casa de la Luna. Otras divinidades fueron Ramar el irreverente y los Patá o ayudantes de Shi, representadas en la constelación de Orión. También rindieron culto a Ni, el mar, así como a las islas y rocas, llamadas Alaecpong.
Los Chimú decían descender de cuatro estrellas, de las dos mayores los nobles y la gente común de las otras dos. Creían que el ánima de los difuntos iba hasta la orilla del mar, desde donde era transportada por los tumi o lobos marinos hacia su última morada en las islas. También por el mar arribó a estas tierras Taykanamo, héroe fundador de la dinastía de gobernantes Chimú, cuyas momias fueron veneradas en grandes ceremonias.
A la llegada de los españoles, en el antiguo territorio Chimú se hablaba hasta cinco lenguas. Entre los valles de Piura y Tumbes, una denominada Sec o Tallán. Otra, llamada Olmos, en el área del mismo nombre. Entre Motupe y Chicama se habló la lengua Mochica y, entre los valles de Moche y Chao, la Quingnam, cuyo uso se extendió hasta el norte de Lima. Finalmente, la Pescadora, probable lingua franca o lengua hablada por los pescadores.
La cerámica Chimú, fue producida en gran escala mediante el uso de moldes y se caracteriza por ser monocroma, de color negro, con la superficie pulida y decorada con motivos en relieve. La forma dominante es la botella de cuerpo globular y asa estribo, con la figura aplicada de un pequeño mono. Existen también vasijas con doble pico cónico y asa puente, platos, cuencos, ollas, jarras y grandes vasijas para almacenamiento.
LA CIUDAD DE CHAN CHAN
La fundación de Chan Chan, en el valle de Moche, se remonta a los inicios de la civilización Chimú y su ocupación duró unos 600 años, hasta la anexión del Reino del Chimor al Tahuantinsuyu alrededor de 1470 d.C. Su extensión fue de unos 15 Km², distinguiéndose en el área central los palacios y construcciones intermedias, barrios populares y cementerios en los alrededores y otros conjuntos arquitectónicos, murallas, caminos e instalaciones agrícolas en la periferia.
Los palacios, grandes rectángulos delimitados por muros altos, están divididos en tres sectores. En el sector norte, la única entrada al palacio da acceso a un gran patio, varias audiencias y depósitos comunicados por pasadizos. En el sector central, el patio es más pequeño, hay pocas audiencias pero más depósitos y se localiza el mausoleo real. El sector sur no presenta mayores edificaciones, contiene basura doméstica, entierros simples y una cisterna o huachaque. Las paredes de los palacios se decoraron con relieves y pinturas cuyos colores originales se han perdido.
El crecimiento de la ciudad, cuya población se ha estimado en 30 mil habitantes, fue gradual y guarda relación con la sucesión de gobernantes Chimú. A la muerte del rey, el nuevo gobernante construía un nuevo palacio y el viejo se convertía en un templo, donde se custodiaba la momia de su antecesor.
AGRICULTURA Y PESCA
La agricultura, base de la economía Chimú, se practicó en gran escala e hizo posible ampliar al máximo la frontera agrícola, mediante una extensa red de canales que se abastecía del agua de los ríos de la costa.
Aprovecharon también el agua del subsuelo, habilitando huachaques o campos agrícolas hundidos, que les permitió obtener varias cosechas al año. Conocieron la totalidad de plantas alimenticias nativas y su dieta se complementó con animales domésticos, especies marinas y de agua dulce, de caza y recolección.
El mar fue una fuente inagotable de recursos que los Chimú supieron aprovechar al máximo. Usaron embarcaciones de totora y madera, provistas de redes, pesos y flotadores, anzuelos y otros aparejos, para la pesca en alta mar y en orilla de playa, donde también recolectaron mariscos y algas marinas. Además de grandes pescadores, fueron experimentados navegantes e hicieron largas travesías para aprovisionarse de productos exóticos como el Spondylus o mullu de uso ritual, o el guano de las islas, usado como abono en la agricultura.
TALLERES Y ARTESANOS
Entre las diversas actividades artesanales desarrolladas por los Chimú, la producción textil y el trabajo de los metales fueron las de mayor importancia. En los barrios de Chan Chan funcionaron talleres de artesanos dedicados a la manufactura de tejidos, donde se ha encontrado la materia prima, los instrumentos para hilar y tejer, así como productos terminados y a medio terminar, entre los que se incluyen prendas de vestir, accesorios, objetos utilitarios y ceremoniales.
Usaron principalmente algodón, lana de llama, alpaca y vicuña, plumas y metales. El atuendo básico estuvo compuesto por el unku o camiseta, taparrabo y manto, complementado por un tocado, gorro y faja, decorados con motivos geométricos, de personas y animales; a veces se añadieron bandas con flecos, borlas o lentejuelas de metal. Las estructuras más frecuentes fueron el tapiz, brocado, tela llana, doble tela, trama complementaria y gasa. Los tejidos se produjeron no sólo para consumo local sino también para el intercambio con lugares como Chancay y Pachacamac en la costa central.
Fueron expertos en el trabajo de los metales, principalmente el oro, la plata y el cobre, que obtuvieron de minas y socavones o por intercambio con la sierra. Emplearon técnicas como el martillado, la cera perdida y la soldadura para elaborar sus objetos. La decoración se hizo por repujado, dorado o con filigrana, engarces e incrustaciones. Destacan las máscaras, vasos, tocados, collares, pulseras, pectorales, láminas aplicadas a tejidos, instrumentos musicales, armas y herramientas de uso agrícola. Existen igualmente objetos en miniatura, que formaban parte de ajuares funerarios.
EXPANSION TERRITORIAL
La expansión territorial del Estado Chimú se basó en la conquista militar. Luego de la consolidación del reino entre los valles de Moche y Chicama entre 900 y 1050 d.C. sobrevinieron tres etapas de expansión, incorporándose gran número de poblaciones entre el río Tumbes al norte y el Chillón al sur, y desde la ribera del Pacífico hasta las estribaciones de la cordillera de los Andes.
Contaban los naturales que la primera expansión se produjo durante el gobierno de Guacricaur y Nañcenpinco, incorporándose los valles de Santa y Jequetepeque. La segunda, amplió el territorio hacia Casma y Lambayeque. Finalmente, a mediados del siglo XV, bajo el gobierno de Minchançaman y Querrotumi, el Reino Chimor había extendido su dominio en más de 1000 kilómetros de la costa norte del Perú
A partir de la ciudad capital se establecieron sedes provinciales que controlaron las regiones conquistadas, como Pacatnamú, Farfán, Cerro Colorado y Faclo en el valle de Jequetepeque, Chicamita en el valle de Chicama, el sitio V-124 en Virú, Manchán en Casma y centros administrativos en las zonas rurales.
Estos sitios se caracterizan por reproducir las formas arquitectónicas de la ciudad de Chan Chan. La influencia Chimú también se dejó sentir en regiones tan alejadas como el valle del Uctubamba en Amazonas, en las serranías de Cajamarca y La Libertad o en sitios como Gran Pajatén, en la ceja de selva de San Martín.
DOMINACION INCA Y ESPAñOLA
Cuando gobernaba en el Cusco el Inca Pachacútec, su hijo Túpac Yupanqui, luego de tenaz y larga resistencia, logró someter a Minchançaman y Querrotumi. A raíz de la insurrección de Huamanchum, Huayna Cápac prohibió portar armas a todo natural de la costa norte, dispersando la población en mitmas de castigo a diferentes puntos del Tahuantinsuyu.
Esto explicaría la decadencia y abandono de Chan Chan y el surgimiento de Chiquitoy, en el vecino valle de Chicama. La cerámica de este período, tanto monocroma como polícroma, se caracteriza por recrear formas propias del estilo inca, tal como el aríbalo. Hacia 1532, cuando el Tahuantinsuyu se desangraba por el enfrentamiento entre Huascar y Atahualpa, hicieron su aparición los conquistadores europeos. Por aquel entonces el valle del Chimo era gobernado por Xacchac, dinasta interino convertido luego al cristianismo y bautizado con el nombre de Don Martín Caja Cimcim.
A fines de 1533, cerca de la vieja capital del Chimor, se fundó la ciudad de Trujillo. Años después, a partir de la Visita de Reducción efectuada por Gonzáles de Cuenca en 1565, se crean los primeros pueblos de indios, como Mansiche, Huamán, Mampuesto, Moche y Huanchaco, con lo cual se precipitó el deterioro de las instituciones indígenas tradicionales.