Los Andes Centrales abarcan gran parte del territorio del Perú y se caracterizan por presentar dos regiones bien marcadas, la costa y la sierra, que limitan al oeste con el Océano Pacífico y al este con las extensas llanuras de la cuenca amazónica.
La gran diversidad climática y ecológica del área andina se debe principalmente a la interacción entre la Corriente Peruana (o de Humboldt) de aguas frías y la cordillera de los Andes, que determina la aridez casi absoluta de la franja costera. Los principales factores ecológicos como la flora, la fauna, el clima, las aguas y el suelo, en cada región natural determinan a su vez la existencia de una serie de ecorregiones.
La costa norte del Perú, con más de 700 kilómetros de largo y hasta 200 kilómetros de ancho, se compone de llanuras desérticas, colinas, cerros elevados y valles formados por ríos, algunos de los cuales tienen caudal permanente, que la atraviesan generalmente orientados de este a oeste.
Hay además una serie de cauces fluviales, de menor longitud y normalmente secos, que se activan en épocas de lluvias torrenciales, durante la presencia del fenómeno El Niño.
MAR Y DESIERTOLa Región Natural Chala o Costa, que va desde 0 a 500 m.s.n.m. es de clima tropical en el norte y templado en el centro y sur.
Su relieve es variado, con llanuras, sistemas de colinas bajas, cerros escarpados y valles por algunos de los cuales bajan aguas permanentes. El desierto de arena predomina en el paisaje.
Se subdivide en las ecorregiones de Mar Templado de la Corriente Peruana, Mar Tropical con la presencia de manglares, el Desierto del Pacífico con llanuras y pampas desérticas, dunas litorales y bosques de galería, el Bosque Seco Ecuatorial, de bosques secos y algarrobales y el Bosque Tropical del Pacífico, caracterizado por la pluviselva tropical.
Otras especies vegetales significativas de esta región son la grama salada, la achupaya, el zapote y el pajarobobo. En algunos cerros y colinas próximas al mar suelen crecer estacionalmente algunas hierbas, arbustos y árboles, que en conjunto forman las lomas.
La fauna es rica y variada; predominando los peces, los mamíferos y las aves marinas. El pez de mayor importancia económica es la anchoveta, el mamífero más grande la ballena y el ave más importante el guanay.
El poblador de la chala o chalaco, es pescador por excelencia y practica la agricultura, el comercio y la industria.
VALLE Y QUEBRADASLa Región Natural Yunga o Quebrada, que va desde 500 a 2300 m.s.n.m., se caracteriza por la presencia constante del sol.
El relieve es accidentado, con valles estrechos y quebradas profundas. En el fondo de los valles están instalados los campos de cultivo y los centros poblados.
La ecorregión predominante es la Serranía Esteparia, que se caracteriza por la existencia de vegetación xerófila, bosques secos, formaciones de suculentas, plantas en cuyo interior almacenan agua y vegetación andina alta mixta en las partes más elevadas que limitan con la Región Natural Quechua.
Además, hay plantas que crecen junto a los cursos de agua y mantienen el follaje siempre verde, siendo notable la presencia del molle. Entre las principales cactáceas predominan la pitajaya, chuná, tuna y la cabuya.
La fauna es reducida y son típicas sólo algunas especies de aves. En esta zona prospera muy bien la cochinilla tintórea.
El poblador de esta región es fruticultor y cultiva frutas aborígenes como la chirimoya, lúcuma, guayaba, palta y ha aclimatado otras de origen foráneo como los higos, uvas, manzanas y varios cítricos.
EL HOMBRE Y SU MEDIOEl hombre que se asentó en la variada geografía de la costa norte desarrolló una serie de manifestaciones culturales que expresan continuidad cultural.
En sus inicios era seminómade y su economía, básicamente extractiva, se sustentaba en la caza, la pesca y la recolección. Vivía en cuevas, abrigos rocosos o campamentos al aire libre.
Con el tiempo, y luego de un largo proceso de experimentación y aprendizaje, pasó de una economía extractiva a una economía productiva. El hombre había, por fin, domesticado las plantas y los animales, convirtiéndose en agricultor o ganadero. A partir de este momento se sedentariza, estableciéndose en aldeas.
En la costa norte, larga franja desértica alternada por valles oasis, el paso a la agricultura significó la «domesticación» de las aguas, es decir, su encauzamiento, dando lugar al desarrollo de complejos sistemas hidráulicos y a la aparición de los grandes centros ceremoniales.
Con el tiempo, la producción de excedentes agrícolas permitió la aparición de grupos de especialistas artesanos, socialmente diferenciados de los agricultores.
Mientras que éstos continuaron viviendo junto a sus campos o asentados en aldeas rurales, los artesanos se instalaron cerca o alrededor de los centros ceremoniales, dando forma a un nuevo tipo de asentamiento, la ciudad, síntesis del complejo desarrollo y organización de la Civilización Andina.