En el siglo XVII, el solar donde fue edificada, de 62 varas de fronteras y 87 de fondo, en las actuales calles de Junín y Ayacucho respectivamente, perteneció a una familia de indios apellidados Juárez, naturales del Valle del Santa. Al finalizar dicho Siglo, María Juárez, única propietaria del solar, trasladó su dominio por mandar testamentaria a favor del capitán José Bernaldo de Quirós y Valdés, quien lo donó en calidad de dote matrimonial a su unica hija, doña Josefa manuela Bernaldo de Quirós y Valdés.

En 1706 doña Josefa y su esposo, vendieron el solar al capitán don mateo Ortiz de Bracamonte y Dávila quien edificó en el su morada, utilizándose en su construcción 49,000 adobes, con una estructura y distribución que se ha mantenido casi invariable a tráves del tiempo, heredándola el presbítero Mateo Domingo Ortiz de Bracamonte que vivió en ella de 1713 a 1765, quien a su vez por manda testamentaria paso su dominio al licenciado y presbítero don Idelfonso de Mimbela, el que vivió en el predio diez años, traspasándolo por testamento al Convento y Hospital de Belén.

En 1777 el coronel D. Antonio de la Vega y Bocando, compró al Convento y Hospital de Belén, la hacienda de Nuestra señora del Rosario de Tulape del valle de Chicama, así como la casa que se encontraba vinculada a dicha hacienda, desde el año 1703.

El coronel de la Vega y Bocando vivió en la casa hasta 1791, la dotó de ambientes accesorios, de una amplia bodega para almacenar azúcar y de dos calesas. En 1791 pasó por herencia a sus hijos Domingo y Gaspar de La Vega y Solís y por muerte de Domingo en 1794, la mansión tuvo por único propietario a don Gaspar, quien en los primeros años del Siglo XIX la arrendó al obispo de la diócesis de Trujillo D. José Carrión y Marfil, que la ocupó hasta 1821.

En 1821, D. Gaspar, la traspasó en venta a D. Joaquín de Castañeda y Hoyos quién había detentado el cargo de regidor Perpetuo y Alféres Real de la ciudad de Cajamarca la Grande. En 1828 la heredaron sus hijos José María y Manuela Castañeda Madelengitia y Sanz de Zárate, D. José María, donó su acción a su hermana Manuela y a su esposo el general D. Pedro Antonio Borgoño.

El inmueble permaneció bajo el dominio de los descendientes del general Borgoño, hasta el 21 de Noviembre de 1890, año en que fue rematado en publica subasta, obteniendo la buena pro la Sociedad Flores Hermanos Carranza y Compañia, conformada por D. Estanislao Flores y D. Leopoldo F. Carranza.

El 23 de Octubre de 1893 Paula Morillo viuda de D. Estanislao Flores la vendió a los señores Julio y Federico Vásquez, los que el 9 de Setiembre de 1897 la vendieron a doña Carmen Jugo, viuda de D. Risco y Seminario, permaneciendo en el dominio de sus descendientes don Genaro, doña Sofía, doña Victoria y doña Sara Risco y Seminario por más de 80 años.

El año de 1984, la casa fue vendida por el señor ingeniero D. Carlos Bickel y Risco, hijo de doña Sara Risco y Seminario y de don Carlos Bickel, al Banco de Vivienda del Perú. Finalmente en julio de 1995, la junta liquidadora del banco, por encargo del gobierno la cedió en uso a La Universidad Nacional de Trujillo, para ser sede del Museo de Arqueológia.