DISCUSION Y COMENTARIO
El desarrollo urbanístico moche que presenta el Complejo Huacas del Sol y la
Luna es resultado de un largo proceso de experiencias acumulativas a la
adaptación al medio ambiente y en respuesta a las necesidades económicas de una
creciente población que fue complejizando sus relaciones sociales,
materializando sus conocimientos en la aplicación de sofisticadas técnicas en
agricultura, alfarería, arquitectura, etc. Los grandes logros obtenidos en la
agricultura, basada en una avanzada tecnología hidráulica, permitió, en moche,
la formación de un estado teocrático que tuvo su centro político y religioso en
el valle de Moche. La capital de este naciente Estado se ubicó en torno a las
Huacas del Sol y la Luna, con una compleja planificación arquitectónica que
obedece a una marcada diferenciación social y funcional. El centro urbano moche
ha sido tema de investigación de muchos estudiosos, de los cuales destacan los
primeros trabajos realizados por Theresa Lange Topic (1977), Cristobal Campana
(1983) que basó sus análisis en los registros ceramográficos de viviendas, y
actualmente el Proyecto Arqueológico Huaca del Sol y la Luna dentro del cual se
enmarca nuestro trabajo. Nuestra investigación se centró en intentar hallar
respuesta a las interrogantes que nos hemos formulado, ¿El patrón arquitectónico
y diferenciación funcional interna se presentará igual en todas las viviendas de
la clase gobernante noche, en la zona urbana? ¿Dentro de la vivienda se habría
desarrollado actividades exclusivamente domésticas? ¿Es constante la utilización
del mismo tipo de material constructivo que en otras viviendas de élite en el
complejo de Huacas del Sol y la Luna?. Nuestra hipótesis formulada ha sido
contrastada por los diversos tipos de evidencias encontradas.
El diseño arquitectónico
Cronología La cerámica: se han efectuado comparaciones con vasijas halladas en
investigaciones anteriores realizadas en la planicie de Huacas del Sol y la
Luna; la decoración y la morfología de los fragmentos y vasijas completas que
hemos registrado son similares a las vasijas similares Moche IV reportadas por
Donnan y Mackey además, "los entierros Moche IV pueden ser hallados en
diferentes lugares arena estéril, área de desperdicios, áreas de arquitectura
doméstica y en las estructuras sólidas de adobe..... la posición estandar de los
entierros para Moche IV es totalmente extendido y tendido sobre su espalda (...)
y se orientan relativamente a un punto cardinal (...) en las pirámides de Moche
se orientaron de norte a sur" (Donnan y Mackey 1978), todas estas
características están presentes en la tumba. La insuficiente excavación vertical
no ha permitido observar mayores cambios en la cerámica.
Los eventos naturales: la evidencia de dos escorrentías y de arena limpia
rellenando totalmente los ambientes 1 y 2 hacen confirmar lo sustentado por
Shimada et. al. Moseley y Richardson. El sitio estudiado fue abandonado después
o durante "una lluvia catastrófica y una gran inundación atribuida al fenómeno
del niño" (Moseley y Richardson 1992:44-45) es evidente en el sector por las dos
grandes escorrentías que corren de norte a sur y que podrían ser desbordes del
canal o la rutas que tomo el agua como producto de su gran acumulación en la
planicie a consecuencia de las fuertes lluvias, además las estructuras se
presentan muy compactadas quizás como producto de la presencia de constantes
lluvias. Al iniciar el retiro de la capa superficial apareció inmediatamente en
los ambientes 1 y 2 arena eólica limpia y amarilla que rellenaba en su totalidad
los ambientes, quizás estos por ser los más profundos mantuvieron inalterable el
material que los rellenaba mientras el resto del sector no presento este
relleno. No cabe duda que "un contenido reducido de humedad (...) acelera el
desplazamiento (...) de las arenas (Shimada et. al 1991:48-49) y origina las
dunas que debieron cubrir grandes sectores del complejo, esto se debió agravar
pues en el complejo de Huacas del Sol y la Luna corren fuertes vientos venidos
del sur-oeste que debieron movilizar extensas cantidades de arena; aunque en
menor escala este fenómeno es observado actualmente en determinadas épocas del
año. El fenómeno de la lluvia catastrófica ha sido fechado entre los años 500 a
600 dc, mientras la sequía abarca el año 562 dc al 594 dc.
Excavaciones en el complejo Huaca del Sol y la Luna y en particular en el
sector urbano hay evidencias los siguientes fechados:
La cerámica
Restos orgánicos
"Al hablar de diseño tal vez se pueda pensar que las acciones de éste tipo, sólo
derivan de una apropiada formación académica; pero no es así, pues la
experiencia del hombre es producto de acciones sucesivas, que a través de los
tiempos van adquiriendo un orden dentro de la mente popular, hasta lograr
sistematización y coherencia, de allí que, gran parte de las construcciones
populares o monumentales del poblador andino, tengan tantas evidencias de haber
sido planteadas racional, matemática y artísticamente" (Campana 1983:40-41). Fue
el proyecto "Chan Chan- Valle de Moche" que excavó por primera vez en la
planicie, donde subyacían estructuras habitacionales y áreas de depósitos al
suroeste de Huaca del Sol, se pensó que éstas estructuras corresponderían a los
restos del pueblo moche que se desarrolló en éste lugar bajo la hegemonía de las
huacas del Sol y Luna. Theresa Lange Topic (1977) dirigió las excavaciones en el
área urbana, en las áreas con arquitectura 1, 2 y 3. Tomando en cuenta las
técnicas y materiales en la construcción, su disposición y el contexto material
asociado, dividió la arquitectura doméstica en tres tipos. Arquitectura de bajo
estatus caracterizada por presentar cuartos pequeños sin enlucir con pisos
desnivelados, paredes de cantos rodados y material perecible (quincha), así como
por la presencia de cerámica tosca, fogones, manos de moler y basura.
Arquitectura de status intermedio, las residencias son de mayor tamaño, las
paredes son de piedra y adobe con buen acabado y enlucidas; tienen áreas de
almacenamiento y banquetas para dormir; contenían también gran cantidad de
cerámica muy fina, joyas personales, figurinas e implementos utilitarios.
Arquitectura de alto status, las construcciones están muy bien elaboradas, con
presencia de depósitos, almacenes, nichos que indican un gran control del
volumen del espacio y capacidad de almacenamiento por lo que se afirma que aquí
debió desarrollarse actividades concernientes al mantenimiento del control de
gran cantidad de bienes que trascendieron el nivel doméstico. A partir de los
análisis materiales de contexto, los fechados relativos se ubican entre las
fases III y IV de la secuencia estilística de Larco (1948). En otro sector,
ubicado al sur-oeste de la Huaca del Sol, se realizaron excavaciones en dos
temporadas sucesivas: 1992-1993 y 1994. Se trata de un área de talleres
alfareros Moche del cual ya se habían dado breves referencias: "Sumamente
interesante nos parece el hallazgo a 200m. al sur del sitio, de una acumulación
descartada (T. Lange Topic 1982:275-276). Todas las piezas amontonadas tenían
fallas de fabricación que habían motivado su descarte, así mismo se observó la
idéntica repetición de ciertas formas y la presencia de moldes de figurinas, lo
que hace pensar en la presencia de talleres en el sitio en los que se estaría
procesando una producción relativamente seriada y masificada" (Canziani
1989:112). Esta aserción fue luego comprobada por el grupo excavador de Armas y
compañeros. En la primera temporada se definieron cuatro fases ocupacionales. En
la primera fase de ocupación los dos ambientes excavados denotaron una posible
función doméstica; mientras que en las tres últimas fases (II, III y IV) se
desarrollaron activamente labores alfareras. En la segunda temporada las
excavaciones sólo han llegado hasta el nivel de la tercera fase de ocupación.
Las características estructurales en las tres fases definidas son constantes,
así tenemos la presencia de hornos y patios para la elaboración de la cerámica,
cerca a ellos se ubican los ambientes para el almacenaje de agua en grandes
tinajas. Los ambientes para la producción alfarera se registran en el lado este,
mientras que hacia el lado oeste se desarrollaron marcadas actividades
domésticas (Armas et. al., 1993). Los investigadores en base a los vestigios
hallados postulan que los artesanos estaban supervisados por la élite
administrativa moche y que no solamente elaboraban productos destinados para
actos litúrgicos y ceremoniales, sino también abastecían a los grupos de
orfebres y de textilería. Algunos de los ambientes excavados tenían enlucido en
sus paredes, esto denota la gran importancia que tenía el grupo alfarero dentro
del sistema productivo moche. Las tres fases ocupacionales estarían
correspondiendo a la fase III propuesta por Larco (1948) para moche. Durante la
primera temporada de 1995 en el sector de tuberías, fueron excavados cuatro
unidades arquitectónicas. El registro estratigráfico les permitió definir tres
fases ocupacionales las cuales, relativamente, corresponderían a las fases III y
IV de Larco. La primera fase se compone de una arquitectura pública conformada
por una plataforma y su camino de ronda con pisos totalmente limpios y bien
conservados. Esta infraestructura podría haber estado destinada exclusivamente a
la práctica de actividades rituales y a la administración de algún rubro de la
producción. A finales de ésta ocupación se evidenció la presencia de sedimentos
aluviales sobre el piso, indicadores de la ocurrencia de un ENSO. La segunda
fase es precedida por un momento de abandono, inferido por la presencia de arena
eólica cubriendo parte de la arquitectura asociada a la primera fase; a ésto se
le llamó interfase. Esta fase cambia su carácter de ocupación al tipo doméstico,
con una ocupación ininterrumpida, con pequeños ambientes y patios, donde las
evidencias indican labores como artesanía, tejidos, etc. Al final también se
registra un evento del "Niño". En la tercera fase se habilitó el canal, las
tuberías para la conducción del agua, y el huerto. El abandono del sistema
hidráulico posiblemente esté asociado a un tercer evento catastrófico de un
"Niño" de regular magnitud. En las excavaciones de los sectores 4, 5, 6 y 7
dirigidos por Claude Chapdelaine se intentó delimitar las unidades funcionales.
Este objetivo no se logró y sólo se profundizó las excavaciones hasta el primer
piso arquitectónico a excepción del sector 4 (Ambiente 1) donde se definió cinco
pisos de ocupación. Los pisos superiores fueron construidos sobre arena que
subdividió los espacios tempranos, igualmente se reportan muros construidos
sobre arena eólica y algunos están siendo reusados. Este patrón constructivo
parece repetirse con cierta frecuencia al final de la ocupación moche. Al
interior de éstos conjuntos arquitectónicos se configuran ambientes domésticos
como cocinas depósitos, ambientes con nichos. Algunos luego se usaron como zona
de desecho (ambiente 7-10). En uno de los ambientes se encontró un contexto
material que podría estar indicando la presencia de un horno de fundición para
trabajar el metal. Este último es una hipótesis que aún les falta dilucidar.
Mediante la datación radiocarbónica se obtuvo cuatro fechas, datando las últimas
ocupaciones entre 550 - 650 d. c., fecha que trasciende la fase IV de moche. En
el sector 8 se realizaron dos temporadas sucesivas de excavaciones. El primer
grupo de Jáuregui y compañeros orientan su investigación al diseño
arquitectónico de una vivienda moche y establecieron que la estructura "...
corresponde a una residencia de personajes relacionados a la élite mochica
quizás encargada a la administración de las áreas de producción, relacionadas a
la Huaca de La Luna, por las prácticas de culto religioso" (Jáuregui et. al.,
1995:123). Los investigadores determinaron cuatro etapas constructivas que
abarcaría desde las fases III hasta la fase IV. La primera etapa está definida
como un RAT (relleno de adobe tramado) que habría funcionado como una plataforma
para ganar altura y que podría pertenecer a la fase II de Larco. La segunda
etapa se caracteriza por presentar sus ambientes totalmente limpios y
conservados, su ocupación habría sido no doméstica destinada posiblemente a
actividades administrativo ceremoniales. La tercera etapa tendría carácter
doméstico y con un posible uso público. El rebalsamiento del canal ocasionó un
momento de abandono en ésta interfase. La cuarta etapa sella por completo a la
tercera etapa, aquí se registra un fenómeno pluvial con consecuencias terribles
para la arquitectura, posteriormente se produce el arenamiento que cubre todo el
sitio urbano, ésto sucede a finales de Moche IV, pero es posible que algunas
estructuras hayan sido habitadas durante Moche V. El segundo grupo de
investigadores conformados por Cruz y compañeros continuaron las excavaciones en
el sector 8 definiendo 3 unidades más en la unidad arquitectónica y
establecieron tres etapas de ocupación. En la primera etapa se encuentra un
pequeño ambiente que sirvió de cocina, y se determinó la presencia de un
fenómeno de arenamiento y de un "Niño", a ésto ellos definieron interfase,
dentro de ésta arena semicompacta se encontraron tres entierros. En la segunda
fase se reconstruye el canal que abasteció de agua a la unidad residencial y se
delimitó dos ambientes más de funciones domésticas. En la tercera fase se
evidenció un fuerte fenómeno pluvial que erosionó el sitio y que luego fue
abandonado. Este grupo investigador definió por primera vez los límites de una
vivienda en el Centro Urbano Moche. En el transcurso de la ocupación de ésta
vivienda en sus varios momentos de uso y reuso existe una tendencia al cambio de
función de los espacios. Las ocupaciones finales se caracterizan por el
predominio de las actividades domésticas. Dentro de nuestra área de
investigación, el sector 17, el registro y análisis estratigráfico de los
perfiles más diagnósticos, nos permitió diferenciar la existencia de dos fases
de ocupación, las cuales se observa, siguen un mismo patrón registrado y
descrito en excavaciones anteriores. La primera etapa está referida a la última
fase de ocupación. La arquitectura de ésta etapa ha sido excavada completamente,
registrándose un diseño arquitectónico muy bien planificado y distribución
espacial bastante ordenada con pequeños ambientes alineados y adosados al muro
este de la vivienda. Estos ambientes están separados del área de depósito por un
amplio patio. Su disposición arquitectónica y espacial se resume a actividades
netamente domésticas con nueve ambientes que difieren funcionalmente, todos en
conjunto circundados por muros perimétricos que delimitan el interior de la
vivienda por sus cuatro costados. Sólo en el sector 8 y en el 17 se han logrado
definir los límites de una unidad habitacional estableciéndose características
diferenciales en cuanto a su distribución interna. En el interior de la
vivienda, adosados al muro delimitatorio este, se alinean de sur a norte cinco
ambientes contiguos unos a otros (A5, A6, A7, A8 y A9). Estos están separados
por muros delgados que están conformados por adobes paralelepípedo asentados con
la técnica de soga y de cabeza, con mortero de barro y pachillas de piedra y
cerámica en sus juntas. Esto último es una técnica muy común que se repite en
varios asentamientos Moche, la reporta Topic (1977), Anders (1977), Carrasco
(1993), Armas (1993), y otros investigadores. Los muros no registran rastros de
enlucido, ausentes quizás por la acción erosiva del tiempo. Los pisos
arquitectónicos de éstos ambientes se presentan bien construídos con muy poca
diferencia de alturas, aunque algunos con un ligero declive, como en el caso del
ambiente 5. Los ambientes 5 y 7 no reportan materiales diagnósticos que pudieran
permitirnos inferir una función determinada, no obstante el ambiente 7 en ésta
etapa, podría haber prestado un servicio de almacén de algunos bienes de uso,
deducido subjetivamente por su proximidad inmediata al ambiente 9 que funcionó
como área de descanso y al cual se accedía a través de la banqueta 4. En el
ambiente 6, sobre el piso se registró una concentración de material óseo de
camélidos y un hueso de perro, fragmentos de cerámica de cuencos, platos,
cántaros, ollas, cucharas, y otros. Esto nos induce a pensar que en éste lugar
se estaría consumiendo alimentos dentro de su actividad diaria. Se refuerza esta
deducción por su ubicación junto al ambiente 8 al cual se comunica a través de
un vano de acceso en su muro norte, y cuya funcionalidad corresponde a un área
de cocina. Al interior del ambiente 8 se reporta un fogón en su esquina noreste
y cuyo muro se encuentra ennegrecido y con manchas rojizas denotando una fuerte
combustión; la acumulación de ceniza, sin embargo, no fue muy profunda. Frente
al fogón se observa la impronta de la mitad de una vasija (corte vertical) que
estuvo adosado al muro delgado oeste y cuya función es imprecisa. El ambiente 9
es otro componente usual de una estructura doméstica. Se trata de un recinto en
cuya distribución interior se construyeron banquetas adosadas a los muros
cercando un área central. Originalmente el piso y las banquetas estuvieron bien
enlucidas con barro suave, quedando actualmente vestigios sólo en dos de las
banquetas y en el piso. No se encontró desperdicios de comida pero sí un pequeño
instrumento musical de cerámica. El vano de acceso del ambiente 9 es muy
probable que se encontrara hacia el lado sureste pasando por encima de la
banqueta 2 y conectándolo con el ambiente 4. Los elementos hallados nos
permitieron deducir que se trataba de un "lugar privativo" al parecer de
descanso (Carrasco 1993) inferido por la ausencia de restos alimenticios en
asociación de las banquetas cuyo uso se reportan desde épocas muy tempranas.
"Los poyos funcionaban como refuerzo a la cimentación y sobrecimientos del muro,
protegen de la humedad del suelo y del frío nocturno (por su retraso térmico).
(...); interiormente son más anchos y se les coloca una estera para darles
mullidez a la "cama-poyo" (Guzmán 1987:330). Al suroeste de la vivienda se
encuentra el ambiente cuatro con un área bastante amplia y libre de estructuras
internas. Este rasgo arquitectónico nos permite suponer que el área
correspondería a un gran patio dentro del cual se estaría desarrollando
actividades aún no determinadas. Dentro de éste ambiente se produjo el hallazgo
de una tumba parcialmente disturbada dentro de la cual aún se pudo encontrar
algunos ceramios completos y otros fraccionados que estarían rodeando al cadáver
a manera de ofrenda, hacia el lado sur se encontró huesos de llama, algunos aún
articulados. La colocación de éste entierro habría sido posterior a la
construcción del último piso. Hacia el norte de éste patio se ingresa al
ambiente 3 al cual no se le pudo inferir una función puesto que no se excavó. Al
este, se encuentra el depósito hundido cuyo ingreso al parecer fue por el techo.
Tiene una hornacina en su parámetro sur. El interior de éste depósito se
subdivide en tres compartimientos que estarían respondiendo a una agrupación
intencional de productos según su tipo. En uno de los compartimientos se halló
una semilla carbonizada no identificada y el esqueleto de un ratón, en éste
lugar posiblemente se estarían guardando los granos. El almacenamiento parece
ocupar un importante rol en la residencia individual (Bawden 1982:312). Por ésta
misma importancia, los pisos y paredes del depósito fueron cuidadosamente
enlucidos puesto que allí se guardaban los granos y debía evitarse la
contaminación de la basura externa y de los roedores, para ello debió además,
contar con un techo que lo cubriera. Respecto a esto, hay que destacar que la
configuración arquitectónica que presenta este depósito difiere estructuralmente
de otros hallados en otras viviendas domésticas excavaciones, como en Galindo
(Bawden 1982:311), donde las paredes son de carrizo sin enlucir, es un sólo
ambiente y los productos se almacenan en grandes vasijas. En el sector 8
(Jáuregui et. al. 1995) el depósito es hundido, con acceso a través de
escalones, las paredes y pisos están totalmente enlucidos y posiblemente estuvo
techado; sostienen los investigadores que aquí se almacenaban granos tributados
por los campesinos. La distribución del contexto material del ambiente 1 fue muy
confuso, puesto que la presencia de las evidencias actuales parecería no guardar
alguna relación válida que permitiera inferirle una función definida. Los
indicios de combustión en una de sus esquinas asociado a algunos huesos de
camélido y la impronta de una vasija, hacían pensar que podría tratarse de una
cocina; pero la presencia de una porra de piedra expresamente colocada sobre el
piso sur y de la parte inferior de una porra de cerámica (sólo se observaba como
un tubo grueso que intruía el piso) contradecía ésta hipótesis. La porra de
piedra en forma de estrella, según los registros gráficos en la cerámica Moche
se muestran en escenas guerreras (Donnan 1970:69). El otro dato relevante es una
porra de cerámica que en la iconografía Mochica suele aparecer sobre el borde o
alar del techado exterior de las casas como una decoración a manera de insignia
jerarquizando el edificio (Campana 1983:23). Se pensaba que éstas
representaciones gráficas eran solo un "ardid artístico" (Donnan 1976), luego
menciona que en 1972 en unas excavaciones en Moche encontraron numerosos
fragmentos que pertenecían a éste tipo de porras. Similarmente, en los trabajos
de excavación de un recinto en Huaca Cao Viejo, se encontró también un.."
conjunto de tiestos correspondientes a porras emblemáticas que originalmente
debieron estar adornando el techo del recinto" (Vásquez 1993:163). Como se puede
observar éste tipo de porras se encontraban en las cumbreras de los techos de
las casas más importantes y de mayor jerarquía; pero en el ambiente 1 no está
cumpliendo esta función postulándose entonces que debió pertenecer como parte de
una ofrenda ritual o mortuoria, además por la forma en como fue colocada la
porra emblemática parecería estar indicando que hacia abajo sigue algo más.. De
ser esto último, el ambiente 1 estaría cobijando el cuerpo de algún personaje
importante de élite cuya tumba está siendo celosamente sellada por dos pisos muy
bien elaborados. Esta hipótesis, sin embargo, deberá ser, contrastada con
posteriores excavaciones. Dos escorrentías cruzan ésta parte de la vivienda de
sur a norte. Una, la más pequeña, dañó parte de la banqueta 3 y la superficie
del piso de los ambientes 9, 8, 6 y 5; la otra mucho más fuerte, arrasó parte de
la banqueta cuatro y dañó considerablemente el muro delimitatorio este. La
llegada de éstas escorrentías se explican por el desborde del canal cercano
(Jáuregui et. al. 1995) ocasionado por las intensas lluvias desatados por algún
fenómeno del Niño acompañado de un proceso de arenamiento que se observa en el
perfil este de Tuberías (fase ocupacional 2), perfil sur de talleres alfareros,
en la segunda etapa constructiva del sector urbano 8, en las zonas excavadas por
Tópic, Chapdelaine y en los ambientes 1 y 2 de nuestro sector. Uceda (1994)
sostiene que la Sociedad Moche supo enfrentar las adversidades climáticas
refaccionando y reconstruyendo sus estructuras arquitectónicas dañadas. Esto es
evidente por la presencia de muros "cuya base descansa directamente sobre una
base de arena" (Chapdelaine et. al. 1995:92) como en un pequeño ambiente en la
esquina sureste de la vivienda excavada por nosotros, donde los muros se
asientan sobre una delgada capa de arena eólica; así como la reconstrucción de
la base de adobes del corredor 3 que fue completada con cantos rodados asentados
con mortero de barro. La segunda etapa se manifiesta en los ambientes 1 y 6
determinadas por el segundo piso de ocupación (piso 2). En el ambiente 1, ya
comentaba líneas arriba, se terminó de definir la parte superior de la porra
emblemática que estaba descansando sobre éste piso (P2) y que venía instruyendo
desde el primer piso. Debemos aclarar que la porra estaba colocada en sentido
inverso a su posición habitual mostrada en la iconógrafía Mochica. La decoración
de ésta porra reporta imágenes en alto relieve de cañanes con la cola elevada en
forma de espiral hacia la cúspide. Dentro del ambiente 6 se encontró un contexto
conformado por un fogón y una tinaja cerca a él. El fogón se constituye de dos
filas de adobes colocados sobre el piso y unidos en su vértice suroeste; estos
adobes presentan huellas de quema y están rodeados con ceniza mezclado con
restos óseos de llama y algunos fragmentos de cerámica con manchas de hollín. En
el mismo contexto se registró una tinaja debió haber estado conteniendo "agua o
chicha" (Williams 1980:519). Algo similar, respecto a la tinaja, se encontró en
el sector 4 y en el sector de talleres alfareros. La interpretación analítica de
este conjunto de evidencias, nos conlleva a inferir que en este ambiente se
estuvo realizando actividades cotidianas de preparación de comidas. Para esta
etapa se piensa que el ambiente 5 estaría funcionando como un área para el
consumo de alimentos y el ambiente 8 sería sólo un espacio de acceso hacia el
ambiente 9 al cual se le habría habilitado un vano en su muro sur. La vivienda
contiene invariablemente, una sola entrada con umbral alto ubicada hacia el
norte. Esta característica es típica en la concepción arquitectónica Moche como
respuesta a las restricciones del medio y características del clima reinante.
"La vivienda está orientada diagonalmente de espaldas a los vientos húmedos que
vienen del sureste por el mar, osea con el ingreso principal por el
norte"(Guzman 1987:326). Esta entrada principal a la vivienda no es directa,
sino mediante un corredor que viene del norte y pasa por un umbral alto de
adobes. El umbral alto se utiliza cuando la vivienda está a nivel del terreno.
Evita el ingreso de alimañas u otros animales, y el ingreso del viento y arena
por la noche. Protege de las periódicas inundaciones de cada 10 años
aproximadamente, cuando estos no son excesivos" (Ibid: 329). Hacia el este,
fuera, de la vivienda encontramos un espacio grande que hemos denominado
"Avenida" y en cuyo extremo este colinda con el canal. La presencia de esta
avenida fortalece el caracter urbano de la capital Moche durante la fase IV de
su desarrollo cultural. Por su ubicación se podría plantear que su longitud
posiblemente llegue hasta los talleres alfareros, pero que también tenía un
anexo al sur del sector 8 y que se dirigía hacia Huaca de la Luna. Al mismo
tiempo que sirvió para el tránsito, debió señalar un límite social similar a la
función que cumplió la calle principal (Quebrada 4) en Pampa Grande,"... inspiró
temor, advirtiendo o recordándoles su relativa baja posición social dentro del
orden social" (Traducción libre. Shimada 1994:171). Podría ser además que
conforme las viviendas se alejan progresivamente hacia el Oeste, su caracter
jerárquico disminuye relativamente debido a la naturaleza funcional de ambas
huacas de la Luna y del Sol, pues mientras la primera cumplía una función más
sacral, la segunda está más ligada a actividades mundanas como la agricultura,
pesca y otras actividades"... que generaron la riqueza de la clase social
dirigente de los moches" (Uceda 1995:38), esto último podría en parte explicar
el hallazgo en la parte superior de la sección 2 en Huaca del Sol (Ramírez y
Herrera 1994:50) de una considerable cantidad de basura compuesta por material
orgánico registrado por Sheila Pozorski (1976). Los moradores de la vivienda
estaban en una ubicación privilegiada dentro del contexto urbano con un cómodo y
fácil acceso al abastecimiento del agua. Así"... (el canal) sirvió de fuente de
aprovisionamiento de agua al centro urbano. Las evidencias registradas permiten
suponer que junto al canal se construyeron pequeños recintos que pudiesen servir
se puntos de acopio de agua" (Cruz et.al. 1995:117).
Tres son los aspectos que tomaremos para determinar la cronología relativa de
las ocupaciones de la vivienda: La cerámica, los eventos naturales y las
excavaciones en los sectores cercanos o incluidos dentro del complejo.
El material ceramográfico asociado al contexto ocupacional de la vivienda se
conforma de un total de 2534 fragmentos, de estos 1256 son diagnósticos y
equivalen al 49.57% del total; 297 corresponden a fragmentos decorados. Existe
una gran diferencia en cuanto a cantidades y categorías de las vasijas, así
tenemos: 156 vasijas abiertas y 536 vasijas cerradas; esto está indicando un
mayor uso de vasijas cerradas. Por otro lado en el cuadro de pisos (ver cuadro
4) se observa que en el piso 1 del ambiente 6 correspondiente a la primera etapa
constructiva, tiene la mayor cantidad de cerámica hallada predominando los
cántaros. En general la cerámica hallada no presenta características decorativas
o de uso ritual, es tosca y simple en su elaboración reforzándose de esta manera
su función doméstica en el sector urbano 17; sin embargo también se ha hallado
escasa evidencia de cerámica ritual así tenemos, un instrumento musical conocido
como conopa hallado en el piso 1 del ambiente 9, lugar donde los residentes
descansaban y seguramente este instrumento era utilizado en los momentos previos
o posteriores al descanso. En la capa B del ambiente 4, se halló una aplicación
antropomorfa que por la forma tan singular de su boca (ver figura 43) la
relacionamos con el decapitador o lo que Larco llamó la divinidad, representada
en ceramios Moche IV ( Larco 1966 ). Esta escultura presenta también cierto
parecido a la forma de la boca del friso principal de Huaca de la Luna; no
podríamos afirmar que esta escultura representaba al Aia Apaec, pues no presenta
colmillos, ni brazos y todo su cuerpo, excepto su cabeza, ha sido representado
cubierto. Otro hallazgo aún más complicado de interpretar es la presencia de la
porra escultórica en el ambiente 1. La limitada excavación permite afirmar que
toda la cerámica corresponde a una misma fase y por consiguiente a una ocupación
correspondiente a la fase IV de la secuencia estilística de Larco, esto se hace
evidente al comparar los ceramios Moche IV hallados en el complejo de Huacas del
Sol y la Luna por Donnan y Mackey, ellos al excavar la trinchera B ubicada en la
planicie entre las dos Huacas (muy cercana a nuestro sector) determinaron la
presencia de escasos entierros Moche III y la presencia de una gran cantidad de
entierros Moche IV, que presentaban abundantes cantidades de cerámica, asimismo
excavaron 9 entierros Moche IV de alto status, sobre las Huacas (Donnan y Mackey
: 1978,76,90,95,96,99,105,106). Otro dato importante es que en Moche IV se
pintan círculos, signos escalonados y volutas (Larco 1948:35) estos elementos
decorativos son representados en los fragmentos y en la cerámica hallada en la
tumba de nuestro sector. Los signos escalonados han sido reportados también en
cerro Mayal y fechados como Moche IV (Russell et.al 1994:214).
Los datos zooarqueológicos obtenidos del análisis de los restos de fauna en el
sector urbano 17, Huaca de la Luna, representan una valiosa información que se
relaciona con las últimas fases de ocupación Moche en el sitio. Entre los restos
zooarqueológicos analizados, los principales recursos alimenticios del Phylum
Mollusca registrado en las unidades de excavación 1 y 2, están representados en
primer lugar por el Donax obesulus, cuya cantidad ocupa el 60% de estos recursos
tróficos, le sigue en frecuencias el Prisogaster niger, Thais sp., mientras que
el Argopectos sp.; es una de las especies que aparece en un porcentaje muy bajo.
De estas especies se han identificado 12, las que tuvieron una importancia en la
dieta alimenticia del poblador Moche. Ellas aportaron un significativo
porcentaje de proteínas, las que son variables según las especies. El morador
prehispánico Moche extrajo moluscos de hábitat de arena y de roca, es decir
explotó indistintamente ambos biótopos, muestra de ello son por ejemplo el Donax
obesulus y el Polinices sp. que son moluscos de arena, en tanto que los
caracoles Thais sp., Prisogaster niger y Xanthochorus buxea son de roca. No son
muchos los utensilios necesarios para la recolección de la mayoría de los
moluscos, puesto que pueden recolectarse con una tecnología mínima: a las
especies que viven en las rocas, utilizando implementos sencillos de madera o de
piedra y los que viven en la arena se recolectan fácilmente con la mano,
desenterrándolos, aunque una estaca o cualquier artefacto simple hace más fácil
y eficaz la recolección. Con respecto a los restos de peces sólo se han hallado
los de procedencia marina, y en considerable cantidad, por lo que se deduce su
importancia en la dieta del poblador Moche, quién se abasteció de peces
neríticos como el "tramboyo", "cachema" entre otros y de peces pelágicos como el
Mustelus sp.,"furel", "merluza" por mencionar algunos, los cuales son
substraídos con redes o embarcaciones. Esto revela un conocimiento de navegación
marítima. Los restos malacológicos e ictiólogicos no han sido hallados sobre
piso sino en capas de escombro. En cuanto a los restos de camélidos, es la
especie de la que se ha registrado el mayor porcentaje de huesos, en su mayoría
fragmentados y de color blanquecino; por el color se diría que fueron consumidos
y que el poblador Moche supo aprovechar. También se han registrado huesos de
cuy, animal de alto valor protéico, así como un diente de Otaria sp. La caza de
este animal (lobo marino) es representada en la iconografía de la cerámica
Moche.
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