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El asentamiento ocupacional Huasochugo, presenta una variedad impresionante de grandes construcciones en buen estado, las mismas que están circunscritas y unidas a través de corredores y accesos. El tamaño de las edificaciones es variado, presentando muros elevados donde es posible ver características que incluyen una modalidad constructiva de aglutinamiento y planificación de una arquitectura multisectorial, en donde hay existencia de patios y pasadizos angostos, que permiten a grosso modo tener la idea de una arquitectura probablemente de aspecto residencial, de élite o tal vez enmarcado a lo administrativo, sin descartarse la posibilidad de funciones ceremoniales en el lugar.

Entre los aspectos llamativos del sitio arqueológico encontramos la edificación en la cima norte, la cual solo tiene una sola entrada de acceso a la planicie, la misma que permitía ingresar a este conjunto de edificaciones arquitectónicas, que por sus cumbreras aún presentes fueron cubiertas con techos a dos aguas. Todo la cima fue encerrada con un muro perimetral a base de piedra canteada y argamasa de barro, contando con un solo ingreso el cual restringe su acceso a una modalidad de fortificación, en su interior presenta una armazón aglutinada de estructuras rectangulares y cuadrangulares, existiendo presencia en sus muros de puertas, ventanas y hornacinas, todos estos ambientes estaban asociados con amplios espacios abiertos conducidos por angostos pasadizos.

En cuanto a la modalidad constructiva se ha observado que los sitios actualmente presentan diferencias en el tipo de arquitectura; lo que hace pensar en aspectos funcionales para fines administrativos, como también de probables viviendas de elites, se observo en la superficie algunos fragmentos de piedra trabajados “Muiscas†(morteros rústicos), así como chungos y batanes.


Cerro Huasochugo

La relación existente del valle con la cima del extremo norte de cerro Huasochugo, es una diferencia aproximadamente de 1,300 m. de altura, siendo visible tanto por el Norte como por el Oeste, un profundo abismo que hace imposible el ascenso o descenso por estos lados. Es mas factible hacer la travesía para llegar a esta parte del sitio arqueológico, siguiendo la ruta que viene en dirección sureste, a través de un camino prehispánico adyacente al pequeño caserío de Canras o “Yunyunâ€. Por su amplitud es probable que se trate de una vía pública de acceso al lugar el cual comunica con otros sitios arqueológicos, también se dirige a los valles costeños que Chao y Virú. Respecto a los caminos prehispánicos, se nota en parte conservados alcanzando más de dos metros de ancho, pasando por terrazas exprofesamente construídas e incluso dentro de campos agrícolas, siendo notorio en la perifería occidental de Huasochugo, diversas secciones del camino principal el cual se conectaba a una red de caminos entre los cuales uno de ellos llega a Oyón, otros se extienden hacia la parte baja en dirección a la costa, uniéndose a “Huacapongo†y “Pueblo Indio†(parte alta de Virú).

Los estudios realizados en la zona norte de Perú en la década del 40 a través del Proyecto Virú, dirigido por Willey (1953), se centraron en la parte media alta y baja de este valle específicamente en la franja costera, entre sus objetivos estuvo la identificación de patrones de asentamiento; pero no hubo una prospección y reconocimiento de los sitios en la parte alta de la cuenca, para así tener una mejor comprensión del desarrollo social y cultural en esta parte limítrofe y natural con la sierra.

Inicialmente las investigaciones en la Sierra norte de Perú son muy escasas y fragmentarias, pero aún así se cuenta con aportes hechos por los esposos Topic (1978, 1979, 1980), quienes en un estudio basado en fortificaciones prehispánicas en la Sierra, abarcaron los valles Virú, Moche y Chicama. Entre sus objetivos fue identificar las fronteras limítrofes de los poderes del norte, así como localizar cambios ocurridos en el tiempo, además versan sobre ocupaciones estratégicas y fronterizas con la costa, sumándose las rutas de mayor intercambio.

Entre los antecedentes del sitio arqueológico Huasochugo se tiene las notas de reconocimiento preliminares que hiciera (Savoy 1970; Zaki 1982), quienes describen la arquitectura de pueblos grandes en la cuenca alta del Virú y Chao, Jaeckel (1983), en base a la identificación de fotografías aéreas le fué posible reconocer una compleja red de antiguos caminos, que se unían en Huasochugo, elaborando un levantamiento planimétrico del conjunto arqueológico; describe cinco principales sectores interconectados que le permitieron identificar características propias para cada lugar, a estas unidades las denominó arquitectura de Elite, clase popular, de función especial, defensiva y de entierro o cementerio (Jaeckel 1983:33)

En la exploración que hizo Jaeckel (1983) observó que en ciertas unidades de los Cerros Chico y Grande, tenían variación en lo que respecta a la cerámica de superficie, presuponía un origen más temprano en el sitio, identificó como Gallinazo a los fragmentos blanco/anaranjado, los fragmentos rojo/blanco considerando como parte de floreros para la fase Moche IV y V, y en cuanto a los componentes de caolín los consideró para las culturas provenientes del Callejón Huaylas, presuponiendo que era la ocupación más larga, por lo menos en algunas partes del sitio. Asumiendo la contemporaneidad y fecha de Huasochugo, considero que podría empezar a acercarse a la configuración general del lugar, con una tentativa referente al aspecto funcional, sus objetivos iniciales dentro del reconocimiento fue evaluar las características básicas de acceso del sitio, reflejado principalmente en caminos, accesos y arquitectura asociada, así como la fortificación del sitio (ídem 1983:12).


Arquitectura en Huasochugo

La descripción sobre Huasochugo que Pérez (1994) hace en el inventario de sitios arqueológicos de Santiago de Chuco, reconsidera lo que Jaeckel venía sosteniendo sobre restos de alfarería correspondientes a distintos estilos, destacando fragmentos Virú, Moche IV, Cajamarca I y II, Recuay, Huamachuco, Chimú medio y numerosos tiestos erosionados de uso cotidiano. Con respecto al patrón arquitectónico, observó que estos difieren con los de Marcahuamachuco, principalmente en la forma de construcción de sus galerías y distribución de los recintos con patios selectivos, reconociendo que en el aparejo de los muros existe cierta semejanza. Llega a formular que los restos de cerro Huasochugo se relaciona con la arquitectura de los cerros Chamana, Urumalca, Quinya y Sulcha en Otuzco, Acque y los poblados menores de Larcalle, Calvarío Horcón y Calamarca en Santiago de Chuco, lo cual le permitió plantear la hipótesis de un nuevo desarrollo regional Temprano en la sierra Norte†(Pérez 1994: 242).

La consulta hecha al Dr. Topic (2003) según referencía verbal, manifiesta que el sitio tiene una ocupación en el Período Intermedío Temprano y Período Intermedío Tardío, siendo la mayor parte de la arquitectura probablemente al Período Intermedio Tardío.

De nuestra visita y recorrido en el lugar se ha observado la presencia de fragmentos de bordes y labios que manifiestan cierta homogeneidad con otros lugares de la sierra así como en la costa, donde hay la existencia de ollas sin cuello, otras de cuello corto y expandido, variando de acuerdo a su tamaño.

Lo escasamente reportado hasta la actualidad, mayormente esta centrado en base a la observación del lugar, no existiendo aún excavaciones arqueológicas que permitan aseverar las hipótesis planteadas, a fin de obtener mayor información del lugar. Se requiere de futuros proyectos de investigación enfocando el extenso asentamiento de Huasochugo, bajo una perpectiva y búsqueda de respuestas a las interrogantes sobre su interrelación entre la costa y la sierra, identificar sus diversos períodos, entender los propósitos funcionales de la infraestructura asi como las unidades de soporte poblacional, a fin de considerar la idea del dominio territorial y su amplio radio de patrón regional, buscar las relaciones a tráves de los análisis de diversos recursos disponibles y las evidencias materiales.

Considerando que la mayoría de los estudios se han centrado en la franja costera, (en la década del 40 con el proyecto Virú), dirigido por Willey (1953) tuvo como objetivo identificar patrones de asentamiento, basados en la prospección y reconocimiento de los sitios básicamente en la parte baja y parcialmente en la media alta del valle Virú. En la parte alta no se realizaron ningún estudio a fin de tener una mejor comprensión del desarrollo social y cultural en esta parte limítrofe y natural con la sierra.

Los estudios dentro de la sierra liberteña, proceden principalmente de las provincias de Huamachuco, incluyendo Otuzco, datos que provienen de una sección transversal que se extiende desde la costa hasta el “divortium aquarumâ€, como resultados de dos provectos iniciales, el primero realizado entre 1977-1980. fué básicamente un reconocimiento de los sitios fortificados, mientras que el segundo, entre 1981 y 1984, se concentró en el área de Huamachuco. Los esposos Topic, basados en el reconocimiento de sitios fortificados en el valle de la costa, revelan puntualmente que ningún sitio fortificado existió antes del período Puerto Moorín (Formativo Tardío). Así mismo el estudio de las fortificaciones prehistóricas en la sierra norte de Perú desarrollada en 1977, tuvo como objetivo la identificación de fronteras y los poderes del Norte, así como localización en los cambios ocurridos cronológicamente, sumándose a ello las rutas de mayor intercambio (Lange Topic y Topic 1981), (Lange Topic et.al 1881); (Topic y Lange Topic 1983, y Topic 1987).

Las investigaciones realizadas al Sur del valle Chao, por Wilson (1987), establece cierta similitud de desarrollo para el Intermedio Temprano, existiendo comunicación con la sierra a través de rutas de interacción entre los sitios habitacionales de trazos rectangulares o polígonos irregulares mucha veces aglutinados, con presencia también de estructuras defensivas siendo el caso de Pampa Las Salinas, Quebrada de Palo Redondo donde evidencia un alto nucleamiento densa población y una vía de comunicación hacia las partes altas (Wilson 1987: 140).

El sitio arqueológico Huasochugo, es uno de los asentamientos ocupacionales de suma importancia, presenta una construcción de características estratégicas, siendo un gran asentamiento segmentado a lo largo de 5 Km. que se ubican en la cresta y planicies de los cerros del mismo nombre. Parte de su geomorfología tiene una relevancia obvia debido la comprensión de su valle interandino con los ríos colectores al río Virú, trayecto en que se ubicaba una serie de pasos naturales o abras que permiten cruzar la cordillera facilitando la comunicación por diversas rutas que lo hacen accesibles con relación a los valles costeños


Unico ingreso a Huasochugo

Las quebradas y colectores que confluyen en el río Virú, permiten tener acceso de ser un camino natural, sumándose los elaborados por la intervención de la mano del hombre, los cuales interrelacionan con otros lugares arqueológicos y estos a la vez con la costa, entre ellos tenemos, por el Sur el camino que conduce a Oyón, siguiendo el trayecto a Chorobal y de allí al valle Chao. Entre la red de vías se suman otros al norte, que bajan al Moche y el camino directo que baja a Virú; pasando por sitios arqueológicos de Huacapongo, y desde este punto a otro asentamiento de importancia en la localidad de Codornada, conocida como “pueblo indioâ€.

Considerando lo mencionado por Willey (1953), que en el valle Virú existía una concentración de sitios exprofesamente asentados cerca de Huacapongo, valle estrecho con una población de muy alta densidad en una área relativamente pequeña, no descartó una considerable población en la parte baja del valle, las cuales se encontraban esparcidas en una zona mucho mayor. En cuanto a la categoría de sitios que presentaban características defensivas, sostuvo que eran para repeler posibles ataques de las poblaciones de la sierra (Willey 1953: 92-100).

Se ha mostrado que en la costa norte, existió una tradición continua de cerámica, identificado desde el Período Intermedio Temprano hasta el Horizonte Medio (Mackey 1982). La asociación de cerámica con Moche, Cajamarca, Chimú y otras mencionadas por Jaeckel (1983) y retomadas por Pérez (1994), serian un indicador sostenible de las relaciones dinámicas de intercambio e interacción entre la costa y sierra, que se habrían dado una relación muy fluida en los Períodos Intermedio Temprano e Intermedio Tardío (200 años a.C. hasta los 1470 d.C.).

En lo que respecta a la arquitectura en Huasochugo, Jaeckel (1983) sostiene que las muestras del aparejo de piedra bien elaborada y que caracterizan al sitio estaban asociadas con cerámica Moche IV y cerámica doméstica Cajamarca. Es muy relevante la adaptación de la arquitectura a la cima y pendiente del cerro, con el espacio urbano extendido hacia la ladera y cuyo entorno físico adyacente estaría separando una arquitectura de élite de las viviendas comunes. La arquitectura de élite está formada por pequeñas unidades residenciales, compuestas por recintos cuadrangulares conectados entre sí, los cuales tienen pasajes angostos y vanos, banquetas, nichos de cuerpo entero y hornacinas. Algunas de las unidades residenciales presentan batanes y piedras de moler con restos de comida, habiéndose observado huesos de cérvidos (Jaeckel 1983:14).

Se tiene identificado el Período Intermedio Temprano por la asociación observada de fragmentos en superficie, con aspectos arquitectónicos que van desde los muros perimétricos hasta edificios grandes en altura, teniendo varios pisos y recintos agrupados en sub-unidades habitacionales con sus patios y corredores, así como angostos pasadizos, graderías que conducen a diferentes niveles de espacios abiertos, algunos de estos con banquetas. En lo que respecta al Período Intermedio Tardío, se les identifica a recintos agrupados en sub-unidades habitacionales amplias, también con sus patios y corredores angostos en forma rectangular.

Pérez (1994) sostiene que Cerro Huasochugo contiene restos de alfarería correspondientes a distintos estilos, destacando fragmentos Virú, Moche IV, Cajamarca I y II, Recuay, Huamachuco, Chimú medio y numerosos tiestos erosionados de uso cotidiano. Con respecto al patrón arquitectónico, manifiesta que difiere con Marcahuamachuco, principalmente en la forma de construcción de sus galerías y distribución de los recintos con patios selectivos, reconociendo que en el aparejo de los muros existe cierta semejanza. Llega a formular que los restos de cerro Huasochugo se relaciona con la arquitectura de los cerros Chamana, Urumalca, Quinya y Sulcha en Otuzco, Acque y los poblados menores de Larcalle, Calvario Horcón y Calamarca en Santiago de Chuco, lo cual le permite plantear: si ¿ Huasochugo sería parte de un nuevo Desarrollo Regional Temprano en la Sierra Norte?.

El sitio arqueológico Huasochugo destaca geográficamente tanto por su extensión, su arquitectura y planificación, esto hace un asentamiento único de importancia con estas características, dentro de los limites fronterizos entre la Costa y la Sierra, siendo necesario relacionar corredores, depósitos, accesos estrechos y entorno natural. Su ubicación estratégica, sus elementos arquitectónicos así como su protección defensiva señalarían que allí se habría estado controlando la recepción, administración, extracción y producción de bienes procedentes de su medio natural y otros procedentes de intercambios, etc. Los caminos estarían cumpliendo una función de continuo transito al lugar, pues su ubicación fronteriza con la costa permitió que ejerciera desde allí una influencia, interrelacionando con otros poblados y los que se ubican en las partes bajas del Virú como Huacapongo, pueblo indio,por el Sur con la zona de Oyón siguiendo el trayecto por el camino a Chorobal y de allí al valle de Chao. A través de las propuestas hechas por Jaeckel (1983) y Pérez (1994) proporcionan datos sobre Huasochugo el cual se extiende a lo largo de antiguas rutas de tránsito que conectan directamente a la costa, y que el intercambio de productos fue constante a través de estos caminos.

El reporte de Willey (1953) al explorar algunos asentamientos en el valle de Virú, señala un precedente en que la población se concentraba en pequeñas áreas de poblaciones aglutinadas de más de 100 personas, localizadas en muchos sitios dentro de la zona perteneciente a Huacapongo, poniendo de manifiesto que se construyeron plataformas en los cerros, los cuales debieron servir para “protegerse de las probables incursiones de la sierra†(Topic 1982: 258), así como también lugares de amplio control, como miradores que se ubica en la parte más estrecha del valle Huacapongo, siendo hasta la actualidad una ruta de transporte, comercial y agrícola.

Con respecto a los datos de la sierra de la Libertad Topic, inicialmente sostiene que el intercambio de productos entre diferentes zonas ecológicas, fué básicamente un asunto de interacciones en pequeña escala. La expansión política de los Estados fué típicamente un fenómeno de mediana escala en el Período intermedio Temprano, reafirmando que en Cajamarca,en la costa y en el Callejón de Huaylas se encuentran, también. evidencias de interacción entre grupos situados a mayor distancia, esta interacción ha sido interpretada como un intercambio de bienes selectos entre partes iguales. A medida que el estado crecía no sólo tenía acceso a un mayor número de bienes selectos sino, también, más oportunidades para influir sobre las pequeñas unidades políticas fuera de sus fronteras. Los dirigentes de estas pequeñas unidades tenían pleno acceso a los bienes de prestigio sólo a través de los principales Estados que los rodeaban. Al lograr acceso a dichos bienes los dirigentes estaban en condiciones de demostrar ante su pueblo lo elevado de su rango. Sin embargo, al aceptar bienes de Estados mayores los dirigentes se tornaban dependientes. Ocasionalmente esta dependencia era preludio de la absorción del pequeño Estado, aunque en otras ocasiones el Estado importante se contentaba con controlar a "distancia" al pequeño, mediante el manejo de los bienes selectos.

Topic (1985) formula que existió una mayor penetración de la influencia Huamachuco en el área occidental fronteriza con la costa. Donde aprecia en una serie de sitios como; Ochoconday, Cerro Campana Chica, en la cuenca alta del río Moche, además de dos sitios en Cerro Quinga, ubicados en la cuenca alta del Virú, cierto paralelismo constructivo en los de la cuenca del Moche, siendo difíciles de fecharlos los del Virú. Diferencialmente en Cerro Quinga No 2, se evidencia un sitio fortificado en la parte superior de una pequeña meseta, existiendo gran semejanza con Marcahuamachuco. En ambos comparativamente se encuentran galerías curvas a los lados del barranco y galerías rectangulares dispuestas alrededor de patios. Dentro del incremento en la construcción monumental en la fase Huamachuco Temprano va acompañado por una mayor evidencia de la interacción a larga distancia. En la cuenca alta de los ríos Virú y Chao, hay numerosos sitios con arquitectura de varios pisos, que con mayor o menor grado se asemejan a la arquitectura del estilo Huamachuco. Algunos son pueblos grandes como Acque, Huasochugo y Cerro Sulcha (Savoy 1970; Zaki 1982; Haley 1979); otros son fortalezas tales como Mollepuquio y Cerro Churre (Haley 1979). Muchos están asociados con restos de caminos y a veces tienen grandes corrales cercados. Actualmente es difícil relacionar la mayoría de estos sitios con la secuencia Huamachuco. Lo que sí es evidente es que la influencia Huamachuco es menor en la fase Purpucala y creciente a lo largo de las fases Huamachuco Temprano, Amaru y Huamachuco Tardío(Topic 1985:20).

Por su función, Huasochugo debió contar con elementos arquitectónicos en los Períodos Intermedio Temprano y con mayor incidencia en el Intermedio Tardío (200 años a.C. hasta los 1470 d.C.) donde se depositaba los bienes productos del intercambio, así como ambientes amplios para albergar su ganado. De las observaciones hechas por Jaeckel, define algunas de las unidades en residenciales y otras que presentaban batanes y piedras de moler con restos de comida, habiéndose observado considerable cantidad de huesos, probablemente cérvidos, deja entrever la probabilidad de que también estos amplios ambientes hallan albergado camélidos tanto por su lana como la producción textil en su interior, ¿Serian estos ambientes donde se guardaban y conservaban los bienes colectados para su predistribución ? Jaeckel (1983) sostiene que es muy relevante la adaptación de la arquitectura a la cima y la pendiente del cerro, donde el espacio urbano se encuentra extendido hacia la ladera, cuyo entorno natural estaría separando una arquitectura de élite con relación a las viviendas comunes. La arquitectura de élite formada por pequeñas unidades residenciales compuestas por recintos cuadrangulares conectados entre sí, los cuales tienen pasajes angostos y vanos, banquetas, y hornacinas. Algunas de las unidades presentaban batanes y piedras de moler con restos de comida (Jaeckel 1983:14).

Otra consideración es "El clima y la altura fueron también los factores naturales aprovechados en beneficio de la economía local" (Matos 1994: 255), entendiéndose que dentro de los factores de productividad e intercambio, el procesamiento de productos para clasificación, seleccionados, secados y para facilitar la conservación dentro de las labores de distribución de bienes, se tenia en cuenta el contraste entre el frió nocturno y la radiación solar diurna, permitiendo trasformar los productos frescos en alimentos deshidratados, posibles de ser conservados por uno o mas años (Ibíd; 255). Dentro de este mecanismo de producción e intercambio es factible la probabilidad de que las áreas amplias hayan sido aprovechadas en una de estas modalidades. Otro elemento arquitectónico presente en Huasochugo son algunas banquetas, que fueran descritas a grosso modo por Jaeckel (1983) y Pérez (1994), las cuales son construcciones exprofesamente construidas a otro nivel con relación al piso, teniendo una conformación elevada, ¿Habrían estado estas ocupadas por representantes de la elite que controlaban la recepción y distribución de los bienes? Brennan (1978) reporta en su sitio de estudio en la costa que el uso de banquetas se halló tanto para contextos domésticos como no domésticos, en este último caso tuvieron un buen enlucido y conformaban complejos de diferentes elevaciones. Ante la presencia de banquetas las opciones se proponen: que fueron usadas para dormir (Topic 1977); que allí se ubicaron los administradores (Shimada 1994, Bawden 1994) o ambas funciones, sin embargo en el contexto arquitectónico de Huasochugo puede plantearse que las banquetas estaban asociadas a estructuras de elites y fueron ocupadas por administradores que supervisaban la movilización de los bienes.

De los resultados de estudios realizados en la primera temporada de Santa Rita (valle de Chao) el sitio está estratégicamente localizado en la parte en que se va estrechando el valle hasta el punto de convergencia de los drenajes. Kent (1998), llegó a identificar en base al estudio de la cerámica una secuencia cronológica y cultural que involucra las épocas Salinar, Gallinazo, Moche, Recuay, Horizonte Medio, Lambayeque, Chimú y Chimú-Inca. Consideramos que Santa Rita, fue un sitio que tuvo mucho que ver con Huasochugo en diversos momentos cronológicos.

Con una adecuada investigación en el sitio se podrá ampliar el conocimiento científico de la sociedad asentada en Huasochugo asi como develar los diversas etapas cronológicas, analizando su arquitectura, cerámica permitiran comparar el patrón de asentamiento con los valles de Virú, Chao y Moche.
DCB




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