Ubicado al sudoeste, en las faldas del cerro Cumbe, a cinco horas aproximadamente de la ciudad de Cajamarca, se encuentra el denominado complejo hidráulico ceremonial de Cumbemayo, teniendo una altura de 3510 metros sobre nivel de mar.
Esta admirable obra de ingeniería hidráulica es un loable testimonio de destreza singular que desplegó el antiguo hombre Cajamarquino; este canal abierto fue labrado sobre la roca viva y finamente decorado con enigmáticos petroglifos. Este complejo hidráulico tiene una secuencia cultural que abarca períodos que anteceden a la difusión Chavín y llegan hasta la conquista Inka.
En 1937 cuando el Dr. Julio C. Tello limpió y estudió dichas evidencias; le invadió la emoción e importancia de aquel momento, a medida que iba despejando las malezas que cubrían dichos restos arqueológicos, fue captando con mucha atención los esquemas gráficos que por primera vez iban ha ser conocidos al mundo científico; indudablemente, ante sus ojos tenía los testimonios de una de las múltiples obras perennizadas del antiguo culto a dicha naturaleza. En esta parte, el canal cuya longitud tiene unos 850 metros aproximadamente, fue diseñado un acueducto con una profundidad que llega hasta a los 50 cm y un ancho de 30 cm en la que actualmente discurre el agua.
El elemento integrador sería el mismo canal, teniendo en cuenta que éste, no sólo es una excelente obra de ingeniería, sino también un bello ejemplo de cantería, de tallado sobre la roca viva, de iconografías cinceladas en piedra y, en realidad, de fino manejo ritual del agua. Las obras de toma, la ruta del canal y sus características, han sido descritas posteriormente por Peterson (1969).
Las excavaciones realizadas por Terada y su grupo en el sitio de Layzón han encontrado litografías de estilo similar a las de Cumbe.
Rextos : DCB 1978