Se desarrollo entre los valles de Chancay, Chillón, Rimac y Lurín entre los años
1200 dc. a 1400 dc. Pescadores por excelencia, estos antiguos pobladores
encontraron en el mar la mejor fuente de inspiración para su arte. Algunas de
sus tumbas halladas presentan cerámios de diversas formas, según el rango del
muerto difiriendo en la cantidad y calidad de las piezas. La simplicidad en sus
líneas y diseños expresan el mundo apacible que los rodeaba. Basaron su economía
en la agricultura y el comercio, esto último les permitió conectar el valle de
Chancay con el norte y el sur; por medio de la navegación de la misma manera el
intercambio con la sierra. Habitaron centros urbanos con montículos piramidales, asimismo complejos de
edificios asociados también a grandes obras de ingeniería hidráulica como
terrazas reservorios y canales. Su cerámica se caracteriza por presentar decoración pintada con color oscuro
sobre un fondo engobado de color claro(crema o blanco) las formas más frecuentes
son cántaros oblongos con gollete ancho, la decoración podía ser aplicada o
incisa. La producción debió ser a gran escala. Los cementerios Chancay han revelado dos tipos de entierros, el de la clase alta
o para los grandes señores, consistía de cámaras rectangulares o cuadrangulares
con techo de palos y barro que se hacían a 2 o 3 metros de profundidad
descendiendose por una escalera; el entierro estaba lleno de ofrendas de
ceramios, tejidos y objetos de oro y plata. Los entierros del poblador común se
hacían casi en la superficie, el fardo contenía simples telas llanas y pocas
ofrendas.
Fueron expertos tejedores sobresaliendo las técnicas de la gasa decorada, el
brocado, el colado y el pintado en llano, con motivos decorativos que
generalmente eran de aves, peces o diseños geométricos.
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