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El yacimiento arqueológico se ubica en la margen derecha del valle Chicama,
junto al litoral, distrito de Magdalena de Cao, en la provincia liberteña de
Ascope. A unos 60 minutos de la ciudad de Trujillo, se encuentran las pirámides
de adobe conocidas como El Brujo, que encierra en su interior más de 4,500 años.
El complejo arqueológico está constituido por la Huaca Prieta en el extremo sur,
la huaca Cao Viejo y la huaca El Brujo son las estructuras más prominentes del
sitio, donde también existe un importante número de montículos menores,
cementerios y áreas domésticas de diversos períodos, distribuídos sobre una
plataforma geológica de forma triangular, la cual tiene una extensión aproximada
de 1.2 km2, rodeada por el Norte, Sur y Este con pequeñas albuferas y tierras de
cultivo, y por el Oeste con el balneario de punta Prieta y la playa El Brujo
ALIGN=RIGHT>Desde Agosto de 1990 se viene ejecutando uno de los proyectos de investigación
arqueológica mas trascendentales del norte peruano de los últimos 20 años,
dentro de un programa de mediano y largo plazo en el cual intervienen la
Universidad Nacional de Trujillo el Instituto Nacional de Cultura La Libertad y
la Fundación Augusto N. Wiese como entidad financiera.
Este lugar ha sido ocupado desde el Arcaico con huaca Prieta (2,500 a.C) con una
ocupación contínua hasta la llegada de los españoles donde se erigió una iglesia
fundada por los padres Dominicos junto a una importante población de la época
conocida como Cao. Durante la ocupación Moche (0 - 650 d.C.) el complejo había
cumplido la función más importante como eje progresista consagrada a actividades
urbano ceremoniales para las élites y deidades más importantes en este valle.
Los trabajos de excavación y conservación están centrados en conocer el modelo
arquitectónico del edificio a través de toda secuencia y la función que cumplió
cuando estuvo en vigencia.
El flanco norte corresponde al frontis principal, el cual presentaba un gran
número de pozos de huaqueo para el saqueo de un importante cementerio de la
ocupación Lambayeque, en donde se dejo disperso gran cantidad de restos
culturales como textiles, vegetales, restos óseos humanos y de camélidos junto a
cerámica de estilo Lambayeque. Estas evidencias estuvieron dentro de las capas
de escombros y rellenos que cubrían la arquitectura Moche. Para el valle de
Chicama es la primera vez que se investigan contextos asociados de entierros
humanos para la cultura Lambayeque o Sicán habiéndose registrado más de 300
hasta la actualidad.
ALIGN=RIGHT>Lo más saltante de la arquitectura en la huaca Cao Viejo son los impresionantes
relieves policromos, en las cuales se ha representado o escenificado en paneles
con personajes desnudos atados por el cuello con una soga, conocidos como
"prisioneros" los que avanzan de oeste a este; detrás de ellos siguen varios
guerreros portando sus armas.
En este mismo nivel, en la esquina nor-este del edificio hay un relicto
completamente decorado, en dos de sus fachadas, con relieves polícromos
representando cuatro paneles con seis parejas de guerreros en pequeñas escala;
en su fachada principal el panel conocido como el "Tema complejo" 1 y 2 muestran
la cosmovisión del mundo Moche, desconocido hasta el momento en otros grandes
centros ceremoniales de esta época.
Otros de los temas representados corresponden a una serie de personajes tomados
de las manos en posición de frente y rígidos los que decoran el segundo nivel,
se ha representado con la misma técnica de bajo relieve a el degollador o
también "Ai Apaec" dios Mochica mitad superior humano y la parte inferior
con cuerpo y patas de araña. Todo esto corresponde a la última fase de ocupación
del edificio, cuando sucedió el abandono intempestivo seguido por lluvias
torrenciales que destruyeron parcialmente sus paramentos decorados.
Todo el edificio tiene la forma de una pirámide escalonada trunca cuadrangular
con 100 m. de base y aproximadamente 30 m. altura. El edificio está orientado
hacia el Norte.
Recientemente se hizo el hallazgo espectacular de un monumental ídolo de madera,
tallado en un viejo tronco de Lúcumo de aproximadamente 2.50 m. de alto por 90
cm. de diámetro. Probablemente corresponda a una deidad Moche de las fases
tempranas que fue desechado o cambiado por haberse infestado con termitas y
escarbajos que lo deterioraron fuertemente.
Todo el complejo arqueológico guarda mucha información para los diferentes
períodos culturales de la costa norte peruana, además de su potencial turístico
que servirá para el desarrollo económico y social de esta región y sus pueblos
cercanos.
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