Rodríguez Suy Suy (1970), nos dice que el desarrollo agrícola, la formación de
sectores agrícolas con sus centros de población compacta y el intercambio
regional de productos alcanzado hasta el período Chimú, requirió de caminos
debidamente estructurados que garantizaran el rápido desplazamiento del hombre y
sus animales de carga. Además, le permitió el cuidado inmediato a sus cultivos y
rápido acarreo de sus cosechas. Garantizó igualmente, su relación con los valles
vecinos y zona andina; así como debió significar también el mejor instrumento
político-administrativo para el gobierno central de la época correspondiente. Muchos son los autores que hablan sobre una continuidad de los caminos desde las
fases tempranas hasta las más tardías. Presentamos aquí planteamientos de
algunos autores sobre la continuidad de caminos en la Costa Norte.
En esta gran gama vial, se puede apreciar los caminos ceremoniales que es
materia del presente estudio. Beck (1979), al respecto dice que la
interpretación de un camino como ceremonial reside en su localización o técnica
de construcción, que sugieren que no fue usado para el comercio o para viajar
entre centros poblados. El camino Prehispánico en estudio pertenece al Período Chimú. Hasta donde ha
sido posible documentar, su recorrido se extiende desde el mar, pasa por las
ciudadelas Laberinto, Velarde por su lado Oeste; sigue en línea recta hasta la
muralla Norte de Chan Chan donde voltea en ángulo recto al Este y luego de un
corto recorrido de aproximadamente 300 m. dobla en ángulo recto hacia el Norte
hasta alcanzar la prolongación del canal Vichansao que se forma de la unión del
canal Intervalles La Cumbre y el Vichansao en las faldas del Cerro Cabras. La dirección del camino hacia las fuentes de agua (mar y canal) y su asociación
con la ciudad de Chan Chan sede política, administrativo, económica y
religiosa ; nos indica que su construcción por su localización no fue ejecutado
para cumplir actividades económicas o administrativas ; sino que estuvo dirigido
a realizar actividades de carácter ceremonial. Rodríguez Suy Suy (1971: 104), realizó un trabajo etnográfico sobre el camino en
estudio, sobre el cual nos dice: "... sale casi paralelo al muro exterior de la
ciudadela Laberinto llegando hasta muy cerca de la orilla del mar, los más
ancianos de Moche y Huanchaco, lo reconocen hasta ahora como "Camino del Rey",
los muros que lo limitan son de adobe (ahora destruidos por el salitre) sobre
alto cimiento de piedra. El muro del lado Sur, muestra vestigios de haber sido
mas alto que el del lado Norte, seguramente también para protección de los
vientos". Rodríguez Suy Suy nos sigue diciendo que los pescadores de Huanchaco lo llaman
"Camino del Rey", agregando que: "... por ese camino salía el Rey a la orilla
del mar". Averiguando entre los mismos pescadores la práctica de alguna
costumbre relacionada con el mar, obtuvimos de los más ancianos la siguiente
información: "Nuestros abuelos y nuestros padres, todavía han conservado la
costumbre de echar brasas a las olas del mar al mismo tiempo que rezaban algunas
oraciones (católicas), con el objeto de ahuyentar la espesa neblina y cualquier
tempestad que pudiera poner en peligro la vida de sus parientes que se
encontraban pescando o viajando en alta mar. Es una costumbre que hoy se está
perdiendo". Probablemente, esta versión representa una remota y débil supervivencia del gran
ceremonial que al Rey Chimú le tocó cumplir en la orilla del mar para fines
similares. Entonces, el Rey Chimú debió concurrir en procesional desfile
conforme a su alta investidura, razón por la cual llega hasta nuestros días el
recuerdo de que por ese camino iba el Rey al mar, los motivos marinos
representados en la ciudadela Tschudi y otras como Rivero y Laberinto, bien
podrían corresponder a ese ritual (1971: 104-105). En tanto, para el período Formativo, Bischof (1988) documenta para las Haldas y
Culebras, un sistema integral de instalaciones para actos rituales orientados
hacia el mar. También se observa en Morro de Eten, sitio Formativo estudiado por Walter Alva,
Carlos Elera y José Carcelén, donde un camino conduce perpendicularmente al
acantilado después de cruzar el único cerro de la región situado cerca del mar
(citado por Bischof, 1988). Rodríguez Suy Suy menciona varios caminos ceremoniales que llegan a las playas;
el de Huaca La Cruz en Huanchaco que llega a la playa del actual caserío de
Huanchaquito, rica -como hasta hoy- en abundante y variados peces de escama y
mariscos, y los caminos de Alto de Moche, que unen a la planicie que hay entre
las Huacas del Sol y de la Luna, con las playas de Salaverry y Uripe (1970: 22).
Otro ejemplo de estas ceremonias que podemos citar es el que se realiza en el
valle de Ica, en donde desde tiempos ancestrales se realiza en el canal La
Achirana para su mantenimiento y limpieza anual. Además de los trabajos
permanentes de reparación y mantenimiento que se hacían durante todo el año en
el mes de octubre, se realizaba anualmente la limpieza del cauce y estos
trabajos eran previos a la llegada del "agua de avenida". Teresa Valiente (1986: 89), nos informa que para la fiesta del agua que se
realiza en Puquio (Ayacucho) diversos autores están de acuerdo en que se trata
de un ritual de fertilidad en relación directa con el ciclo agrícola en Puquio,
este vínculo se expresa en la limpieza comunal de los canales de irrigación y en
el cultivo inmediato de la michka. Ana M. Soldi (1980: 21), se refiere al agua diciendo: "No es de extrañar
entonces que, además de las medidas de carácter técnico y administrativo tomadas
para asegurar el abastecimiento de sus campos, los antiguos habitantes de la
costa y de la sierra hayan acudido a expedientes mágicos religiosos para
intentar de resolver sus problemas". Rodríguez Suy Suy en relación al camino de estudio le atribuye una función
ceremonial basado en la pesca y agricultura respectivamente, debido a la
dirección que ambos siguen y al testimonio actual de los pobladores de Huanchaco
y agricultores de Moche (1971: 104). Los datos etnográficos referidos al culto del agua registrados en los valles de
Moche, Ica y otros lugares antes mencionados nos proporcionan valiosa
información, sobre las ceremonias que se realizan y que serían una continuidad
de aquellas ejecutadas por sus antepasados. Ahora haremos una comparación con la red vial que parte en Batán Grande (río La
Leche), donde comenzó la expedición de Hyslop y Urrutia (1980) hasta la ciudad
de Trujillo (Plano 4). En este caso sólo trataremos el tramo correspondiente al
valle de Chicama y Moche.
En el trayecto del camino (Moche-Chicama), se pasa por varios centros poblados y
puede ser transitado por el común de las personas, en comparación al camino en
estudio que no pasa por centros poblados y está relacionado específicamente al
mar y al canal; y no es transitado libremente por el común de las personas. Otro punto es la técnica y materiales de construcción. Hyslop y Urrutia (1980)
nos informan que en general el camino fue mejor construido cerca de las entradas
de los valles. Las paredes que lo bordean son de barro o de piedra y a veces de
los dos. Se diferencia del camino ceremonial de estudio por la técnica y
materiales empleados en su construcción. La técnica de construcción del camino
ceremonial, a partir de la mitad con dirección al canal consistió en grandes
piedras en su base, rellenado de pequeñas piedras y adobes en su parte superior
pero a partir de la mitad con dirección a la muralla de Chan Chan, los muros se
elaboraron con cimientos de piedra y adobes dispuestos en hileras de soga y
cabeza. Asimismo el piso se ha encontrado relativamente limpio y en la parte
central del camino el piso no se encuentra, producto del post abandono de éste. Otro punto sería la utilización de adobes en el camino. En Chan Chan se
encuentran tres tipos principales de restos arquitectónicos: la arquitectura
monumental, la arquitectura intermedia y los SIAR (cuartos pequeños irregulares
y aglutinados). La arquitectura monumental y la intermedia presentan como
material principal de construcción los adobes, en cambio los SIAR son cuartos de
arquitectura rústica. En general, sus muros están hechos con cantos rodados, y
rara vez pasan los 50 cm. de alto. Estos muros sirvieron como bases a
estructuras de estera y palos. Ocasionalmente los pisos y paredes tuvieron un
enlucido de barro, aunque lo característico es que fueran de tierra compactada,
humedecida (Topic, 1977; en Topic, 1980). Este es otro motivo para postular el carácter ceremonial del camino, ya que en
los tres tipos de arquitectura de Chan Chan, los SIAR no presentan adobes a
diferencia del camino que sí lo presenta. Esta característica nos estaría
indicando el uso restringido para un grupo reducido conformado por la élite. El único método que nos ha permitido fechar el camino fue por medio de los
adobes; dando como resultado en la tipología de Kolata ser la mayoría del tipo
plano, con algunas excepciones de extremos cuadrados. Kolata (1980: 132) nos
dice: "son planos, cuando proporcionalmente son más anchos que altos".
Beck (1979), explica que se han encontrado 150 adobes a lo largo del camino y
recuperados en una excavación de T. Pozorski para el Programa Riego Antiguo y
determinaron que casi todos los adobes medidos fueron planos con algunos pocos
de extremos cuadrados; por lo tanto, los muros son tempranos en la secuencia de
adobes de Kolata. En la trinchera 6, en la parte exterior del Muro Oeste se encontró un entierro
disturbado, en el cual se pudo recuperar algunos restos óseos los cuales fueron
analizados dándonos como resultado la determinación del sexo el cual fue un
individuo masculino, y la determinación de la edad que corresponde a un
individuo juvenil con una edad probable de 16-17 años; estos restos se
encuentran asociados con una ofrenda de cerámica que corresponde al Período
Chimú Medio (Segundo Vásquez comunicación personal, 1998); ésto nos estaría
indicando que el camino ceremonial tuvo vigencia en el período Chimú Medio, y
posiblemente siguió siendo utilizado en el período Chimú Tardío hasta la llegada
de las huestes Incaicas en el año de 1460-1470. La información reciente del Proyecto Riego Antiguo, es que el canal La Cumbre y
la extensión del sistema del canal a Pampa Huanchaco es anterior a la inundación
y por lo tanto anterior al camino. El camino puede no haber sido construido para
conmemorar la apertura del canal pero puede haber sido construido para
conmemorar la reconstrucción del sistema hidráulico después de la inundación
(Beck, 1979). Esto nos plantea que el canal es mucho más temprano que el camino;
al respecto Deza et. al. (1997: 21) en su primera conclusión dice: "Pampa
Esperanza parte alta y el canal Vichansao fueron utilizados para la producción
agrícola desde la ocupación Moche, fase IV". Este dato de que el canal Vichansao fue utilizado en la fase IV de Moche, nos
daría la certeza para afirmar que el Canal que tenemos en la parte inferior
debajo del piso de la trinchera 1, corresponde al período Moche, en sus últimas
fases. Además se encontró sobre el nivel del Canal un fragmento de cocción
oxidante, de pasta fina que posiblemente correspondería al período Moche. En
esta trinchera se registró el mayor porcentaje los restos arqueozoológicos
(invertebrado), los cuales están relacionados con la presencia del canal. El
análisis de la totalidad de los restos arqueozoológicos son irrelevantes para el
cumplimiento de nuestros objetivos En síntesis, por la técnica constructiva (pisos relativamente limpios, adobe y
enlucido) que se observa en el camino prehispánico, hacen notable la diferencia
con otros caminos que presentan elementos de construcción formal sin enlucido, y
otros que consisten de simples hileras de piedra y en algunos casos unidas con
barro. También es necesario mencionar que la mayor presencia de adobes desde la parte
media del camino hasta la muralla Norte de Chan Chan esta relacionado con las
construcciones arquitectónicas de la élite, lo que nos sugiere el uso
especializado que tuvo el camino. Finalmente la unión del camino que conecta las dos fuentes de agua (mar y
canal), que según los datos etnográficos estarían relacionados con ceremonias
que todavía superviven. Estas ceremonias estuvieron relacionadas con el aspecto
ideológico (ceremonia al mar y al canal) de la población que habitaban en la
ciudad de Chan Chan. Por todas las evidencias antes expuestas este camino cumplió una función
ceremonial y por la presencia de adobes planos su construcción se remonta a la
primera fase constructiva de Chan Chan; y la presencia de adobes de extremos
cuadrados nos estaría indicando que el camino mantuvo su importancia durante la
segunda fase constructiva de Chan Chan.
Son numerosas las referencias sobre caminos que describen los cronistas,
viajeros, etc.; quienes en su mayoría los asocian al período Inca. En la Costa
Norte son muy pocos los trabajos realizados por medio de la investigación
arqueológica, y los realizados se han basado principalmente de fuentes
etnohistóricas, referencias de viajeros, personas del lugar y por medio de la
prospección.
Kosok (1978: 617), afirma: "... en la costa peruana, la construcción de caminos
y de sistemas de comunicación entre los valles tuvo un papel fundamental; porque
fue solamente por medio de estos delgados hilos de adobe y piedra que los
distintos valles, económica y físicamente separados, pudieron ser reunidos.
Desde un punto de vista económico, los caminos fueron el medio para transportar
los tributos hacia el centro político, reforzando así su poder e influencia.
Pero, lo más importante fue que constituían los únicos medios físicos para
mantener la administración política y militar de los valles conquistados (desde
el centro mismo del poder)".
Rodríguez Suy Suy (1972: 10), menciona que la construcción de los caminos o
comienzos de su construcción, debió ocurrir en las fases tempranas del Formativo
temprano, alcanzando su estructuración más completa en el Horizonte Medio. Esto
último, debido al mayor desarrollo político-administrativo, económico y social
experimentados, luego se reutilizaron durante el Intermedio Tardío y Horizonte
Tardío.
Para Ravines (1978: 68), el camino no es un fenómeno característico del Estado
Inca, y su desarrollo es notable en la Costa Norte en la época Moche, y los
Chimú trazaron importantes obras viales en el desierto, los caminos Inca han
adquirido notoriedad no sólo por ser los mejores conservados, sino porque
representan la síntesis de la tecnología vial andina.
En cambio Kosok (1978: 619), nos dice que es muy probable que los Chimú hayan
construido sobre los caminos pre-Chimú existentes y que los Incas hayan mejorado
los caminos Chimú.
En tanto, Beck (1979), encontró 150 trechos que son preincaicos, algunos de los
cuales se remontan por lo menos hasta el período Chavín.
Por su parte Hyslop (1992: 130), dice que algunos caminos utilizados por el
Tawantinsuyu son evidentemente más antiguos. La arteria principal de la Costa
Norte del Perú es un claro ejemplo. Este camino parece haber tenido un uso
ininterrumpido durante siglos antes de los Inkas, uso que se prolonga hasta bien
entrada la época Colonial.
Asimismo, Rodríguez Suy Suy para el camino que se une al Vichansao, nos informa
que está relacionado con la llegada de las aguas de avenida en verano y a los
trabajos de cultivo intensivo que se practicaba en las hoy desérticas tierras de
Pampa La Esperanza "Entonces el "Rey Chimú" debió concurrir también en
procesional desfile por este camino hasta el punto en que se unen los canales
para recibir las aguas". Una supervivencia de aquella ceremonia, podría estar
representada por la procesión del "Señor de la Sangre" (San Isidro Labrador,
Señor Crucificado y Virgen María) que ahora sólo en casos de sequía se celebra
en Moche. En tales circunstancias los agricultores de Moche sacan esta procesión
siguiendo el camino que va a los templos del Sol y de la Luna. Llegada la
procesión a un punto predeterminado sobre la "acequia del pueblo" fuera de la
zona urbana, el sacerdote, vestido con sus ornamentos sagrados, invoca a Dios
por la venida del agua y luego tomando la pala de San Isidro, da unas lampadas
en la acequia, después de la cual regresan a la Iglesia. Según la creencia de
los agricultores, después de esta ceremonia el agua no se hace esperar más
tiempo. La posible ceremonia de este segundo camino, pudo estar relacionada
también con los trabajos de limpieza y conservación de los canales. Una
supervivencia de estos trabajos puede ser la habida en Moche y Virú hasta 1920
más o menos, en un ambiente de gran colorido tradicional. En Virú por ejemplo,
los trabajos de limpia constituían una verdadera fiesta: trabajaban, comían,
bebían y bailaban. El "Jefe de limpia "ricamente ataviado (collares, pulseras y
brazaletes de oro), seguido de su "corte" inspeccionaba los trabajos, después de
concluidos, continuaban en gran fiesta comunal ..." (1971: 105-106).
"... El agua venía los primeros días de noviembre y diciembre y allí comenzaban
a repicar todas las campanas con gusto. Se hacía la fiesta el día que se
terminaba la limpieza. Había muchos paisanitos que habían venido de Tate, tenían
su guitarra, tocaban ... era una alegría máxima, por cuanto habían terminado el
cauce" (Mauricio Pacco, N. 1899, Parcona en María Teresa Ore, 1986: 81).
Se siguió la ruta antigua entre Chicama y Moche, en donde se encuentra el camino
que pasa por las huacas Chiquitoy Viejo y Colorado a 4 km. al Sur-Este de la
Hacienda Cartavio en Chicama. El camino se pierde en el desierto entre Chicama y
Moche, pero reaparece entrando en Moche unos 6 km. al Norte de Huanchaco. Su
ancho es de aproximadamente 29 m. Tiene una orientación de 325º y se conecta en
línea recta con el sector de camino observado cerca a las Huacas Chiquitoy Viejo
y Colorado (orientación 325º).
Entonces postulamos que el camino fue construido en la primera fase constructiva
de Chan Chan; y por la presencia de adobes de extremos cuadrados, nos estaría
indicando que en la segunda fase de construcción de Chan Chan, el camino tuvo un
permanente mantenimiento e importancia.
Por otra parte, la presencia de los pisos relativamente limpios nos induce a
pensar que este camino tuvo un constante mantenimiento.
Así mismo, el hallazgo en la Trinchera 1 de coprolitos de camélido asociados al
piso, nos permite deducir que estos transportaban algún tipo de ofrendas o
posiblemente como parte de ellas en la realización de las ceremonias.
Otro punto sería la presencia del entierro con cerámica fina del estilo Chimú
asociado al camino, lo que explicaría la importancia que cumplió.
Por: Luis Valle Alvarez,Jorge Terrones Cevallos,Roberto Samán Alvarado,Liliana Pretell Saavedra,Jorge Cotrina Mauricio,(Bachilleres en Arqueología)---->
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