La vida de Tello, se identificaba; sentimental, emocionalmente con el indígena
peruano, estaba ligado a ellos económica y racialmente sintiendo la marginación
de las clases gobernantes de aquel entonces.
Consciente que la marginación y el desprecio a que era sometida la masa indígena
la cristalización de una identidad colectiva, que las clases dominantes siempre
preferían desentenderse de su presencia y de lo que ella significaba en la
evolución histórica y cultural del país. Tello manifestó:
"He aquí la obra de mi raza que vaga proscrita entre las soberbias moles de
los andes. Ella es digna de parangonarse con las más avanzadas culturas y
civilizaciones del mundo; y si ayer fue capaz de hacer esto y organizarse en
colectividades perfectas, mañana cuando le llegue la hora de su reivindicación,
le será posible superarse y, mostrar al mundo el poder de su voluntad y el vuelo
de su mente".
Tello reconocía que desde la invasión española, se marcó la agonía de lo
indígena. Comparándolo a un cataclismo que derrumbó casi desde sus cimientos el
edificio nacional que durante muchos siglos había formado el genio indígena,
así nace una historia de templos saqueados, destruidos, imágenes de dioses,
ídolos quemados, etc. donde afloró la codicia y ambición del conquistador, el
cual jamás se detuvo a pensar en la gran trascendencia de los templos o huacas y
que tras estás edificaciones había una vieja tradición muy arraigada de
preservar cautelosamente en recintos sagrados, los restos que conmemoraban a
héroes, jefes, sacerdotes, guerreros, los cuales estaban acompañados de ofrendas
y diversos objetos de su producción pero aquella excelsa laboriosidad trascendía
la identidad de cada pueblo.
Lo cierto es que Tello entendía que la conquista y especialmente está fue un
claro ejemplo de un genocidio físico, mental y espiritual, con secuelas
culturales, raciales, sociales y políticas gravisímas, que perdura hasta la
actualidad.
En la serie de trabajos que realizó Tello; descubriendo y mostrando una
civilización adulta. A través de los múltiples restos arqueológicos fue
confirmando cotidianamente, la antigüedad de la raza india y la diversidad
de colectividades, señoríos y reinos, de todas estas sociedades que poblaron en
este suelo andino, Tello divulgó a los 4 vientos el espíritu renovador, bajo el
respaldo científico de la arqueología.
Hoy a la luz de las nuevas investigaciones estos nos indican que estos lugares
(Huacas, templos, etc.) cumplían la función vital dentro del marco social de ser
recintos donde se perpetuaba la memoria de los pueblos y sus antepasados.