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Plano de Viracochapampa

Al salir de Huamachuco(6), frente al gran cono del cerro Negro, se reconoce una sección de cuarenta a cincuenta metros de la acequia que en esa época alimentaba a Viracochapampa; también se ven cerca del camino algunas casillas de guardia.
A media legua a la derecha del camino se divisa la estancia de Condorungo. La pampa de Yamobamba se eleva a ocho leguas al sur de Huamachuco, a una altura de 4,215 metros; es el alto de Conchucos. Una cruz, la Cruz de Conchugo, marca en ese triste paso la mitad de la ruta entre Huamachuco y la finca de Angasmarca.

En toda la segunda mitad de la pampa de Yamobamba se ha conservado perfectamente el camino de los incas. Tiene seis metros y medio de ancho, y aun subsisten tres tambos al lado derecho de la ruta.

Mas o menos a media legua antes del extremo sur de la pampa, a la izquierda del camino, se notan todavía los vestigíos mal conservados de una gran ciudad antigua, con un terraplén semejante al de San José de Huamachuco. Dos leguas mas adelante, también a la izquierda del camino, cerca de un sido llamado Huaylillas, sobre el flanco de un cerro que es llamado en la zona el Corregidor, se puede admirar una magnifica acequia, especie de atarjea situada a ciento sesenta metros más arriba del nivel de la garganta.

De Angasmarca(7) se va por el sureste a Mollepata (8), que dista más o menos cinco leguas. Después de cuatro ascensos y tres descensos, se llega a una última pendiente, muy larga y de un terreno dificil, que conduce a Mollepata.Nada tan encantador como este pueblo visto de lejos, de lo alto del camino.

Figurese un inmenso bloque de granito al que la erosión de la ganga circundante ha rodeado de abismos. Semejante a una especie de isla, esta roca esta unida por una vía estrecha a la pendiente norte del cerro de Mollebamba, por el cual se baja de la puna desierta al villorrio. Del lado opuesto de las gargantas que rodean al pueblo se alzan montañas abruptas. Los rayos del sol poniente se concentran en esas simas, a las que llenan de una atmosfera luminosa. El pueblo parece emerger de un lago dorado, sobre una isla encantada.

Cuando se desciende los paramentos abruptos de esa suerte de acantilado, se llega a un punto llamado cerro de Achupalle, cubierto por completo de madera petrificada; despues se pasa junto a la estancia de la Pampa Negra, y luego de atravesar el río Tablachaca, se topa, mas o menos a media altura de la cuesta opuesta (el Chindol), sobre una meseta poco extensa, con ruinas en bastante buen estado, que parecen haber sido un santuario, pues no se observa allí ninguna de las disposiciones que caracterizan la habitación ordinaria del autóctono.

El puente del no Tablachaca(9), a pesar de ser moderno, es mas curioso que esos vestigios de la antigiiedad. Consta de dieciocho lazos de cuero, de los cuales la mitad apenas si sostiene el tablero; nueve o diez de esas correas se han roto. Por eso, antes de atravesario, hay que descargar las mulas y correr el riesgo de ahogarse a pie.

Es uno de los sitios mas notables en la historia del Peru bajo los incas. Huascar, último rey legitimo, fue degollado cerca del puente por orden de su hermano sublevado Atahualpa, quien, luego del crimen, subío al trono en que lo sorprendío Francisco Pizarro. No se halla en toda la historia de los señores soberanos de estas regiones un segundo ejemplo de felonia. El primer signo de decadencia moral de esta gran raza fue seguido de su caida. Los indios conservan recuerdo del asesinato de su rey, y al pasar por estos parajes hacen doce veces el signo de la cruz. Después de pasar el puente se purifican las manos mojandolas en las aguas del río. Simple y dramático espectáculo que ofrece esa raza que, desde hace cerca de cuatro siglos, se esfuerza en lavar la mancha de sangre con que se ensuciaron algunos malhechores. Al ver a esos indios, tristes, graves, silenciosos, descender al borde del furioso torrente y volver a ascender murmurando al pie de la cruz del camino: "Dios padre, Dios hijo, Dios Espiritu Santo", con que acompañan siempre el signo de la cruz, me acuerdo de los remordimientos de Lady Macbeth, y, por primera vez, experimente piedad, simpatía, por esas pobres gentes, tan sosegadas, tan humildes y a menudo tan infelices.


NOTAS

6)- Al salir de Huamachuco se pasa por la chacra de la Colpa, la estancia de Choquisongo, la estancia de Tambillo, la estancia de la Paja Blanca; este lugar se halla a tres leguas y media de Huamachuco.
En esta zona no cuentan por leguas sino por coqueadas. El termino de coqueada, es decir el tiempo que emplea un indio en masticar una bola de coca sazonada con cal, sirve de medida de longitud equivalente a una legua y media, aproximadamente.

7)- Se pasa cerca de un sitio llamado Tambo,y, a una corta legua de ahí, a lachacra de Pompamarca, perteneciente aún a la hacienda de Agasmarca. Después de atravesar el río de Piscochaca, a una media legua de la Cruz de Pajagon, se entra en la hacienda de Tulpo.

8)- En el distrito de Mollepata, el pequeño pueblo de Mollebamba se llamaba antiguamente Andamarca (Recuerdos de los señores Porturas, hacendados de Agasmarca, citados por el señor Raimondi, El Perú, t. U, p. 35).

9)- El río de Tablachaca - nombre que con frecuencia se pronuncia Tablachacra (ou Chiquicara) en la zona - desemboca en el río de Huaraz, de Huaylas, de Yungay, etc., y forma de torrente de Santa.



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